¿QUIÉN DIJO MIEDO?

El novillero Raúl Vascones, que reside en Burgos, y los dos miembros de su cuadrilla no se atrevieron con una res de Antonio San Román durante una novillada de promoción en las fiestas de Santa María la Real de Nieva (Segovia), el sábado, y su trabajo terminó haciéndolo la Guardia Civil, que cambió el estoque por un fusil de asalto Cetme después de desalojar los tendidos y de que el toro deambulara por el ruedo durante más de una hora, hasta que casi se hizo de noche, sin que acertara a entrar por la puerta de chiqueros. La cuadrilla no banderilleó al bicho, el tercero de la tard...

El novillero Raúl Vascones, que reside en Burgos, y los dos miembros de su cuadrilla no se atrevieron con una res de Antonio San Román durante una novillada de promoción en las fiestas de Santa María la Real de Nieva (Segovia), el sábado, y su trabajo terminó haciéndolo la Guardia Civil, que cambió el estoque por un fusil de asalto Cetme después de desalojar los tendidos y de que el toro deambulara por el ruedo durante más de una hora, hasta que casi se hizo de noche, sin que acertara a entrar por la puerta de chiqueros. La cuadrilla no banderilleó al bicho, el tercero de la tarde, y, en consecuencia, el maestro se negó a matarlo, mientras un aficionado gritaba en tono irónico desde su asiento: "¿Quién dijo miedo?". El alcalde, Eusebio García González, del PP, recorrió las gradas para explicar al público -unos 1.500 asistentes-, ya aburrido, que tenía que marcharse porque los agentes del instituto armado deben realizar su faena en solitario, aparte de que luego también tuvieran que levantar el correspondiente atestado y tomar declaración al novillero y a sus peones por una presunta infracción contra el reglamento taurino. Aunque hubo algunas salidas de tono por el incidente, no se registraron alteraciones del orden público, y los que quisieron recibieron el dinero de su entrada. Hoy, lunes, continuará la novillada a puerta abierta, en la que Curro Casanova y Mario Campillo torearán las dos reses que no pudieron lidiar y que se quedaron en los corrales.-AURELIO MARTÍN,