Tribuna:

El mejor atleta español de la historia

Entré en el comedor del hotel y Enrique Pascual, el entrenador de Fermín, se me acercó para decirme que habían decidido que era mejor no correr la final de 1.500 del Campeonato de España. No creían que estuviera en condiciones de seguir optando al gran objetivo: correr con posibilidades de brillar en la final de los Juegos Olímpicos. Hablé a continuación con Fermín y, tras escuchar sus sentidas explicaciones, convinimos que lo mejor era decirlo a la prensa antes del comienzo de la última jornada en el estadio de Montjuïc. Era una decisión sensata porque de esa manera los otros finalistas del 1...

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Entré en el comedor del hotel y Enrique Pascual, el entrenador de Fermín, se me acercó para decirme que habían decidido que era mejor no correr la final de 1.500 del Campeonato de España. No creían que estuviera en condiciones de seguir optando al gran objetivo: correr con posibilidades de brillar en la final de los Juegos Olímpicos. Hablé a continuación con Fermín y, tras escuchar sus sentidas explicaciones, convinimos que lo mejor era decirlo a la prensa antes del comienzo de la última jornada en el estadio de Montjuïc. Era una decisión sensata porque de esa manera los otros finalistas del 1.500 estarían enterados de la decisión de Fermín Cacho. Me dijo: "La vida sigue y el próximo año estaré en Lisboa en el Mundial de pista cubierta, y luego en Edmonton, en los Mundiales al aire libre". Y yo me atreví a recordarle otra cosa: "Además un día me prometiste luchar por la victoria en el 5.000 del Campeonato de Europa de Múnich, en 2002". Su respuesta fue rotunda. "Lo mantengo".Espero y confío en que tengamos a Fermín para muchos años. Sin duda, es el mejor atleta español de la historia. Nuestro atletismo tiene una deuda de gratitud con él. Estoy seguro de que seguirá admirando con su peculiar estilo y con su enorme derroche de fuerza y de voluntad. Nuestro deporte necesita de figuras como él, con esa fijación por la victoria, esté o no en su mejor forma. Debemos agradecer también su generosidad para salir por la puerta grande de este campeonato, tras clasificarse para la final y no querer crear tensiones entre los compañeros que representarán al medio fondo español en Sydney. Estamos ante un deportista excepcional, el único atleta en el mundo que ha estado en todas las finales de 1.500 metros de los campeonatos del mundo y de los Juegos Olímpicos de los años 90, cosechando medallas y diplomas. Un atleta, en fin, que ha competido al nivel de figuras como Auita, Morcelli y El Guerruj, por citar a los grandes.

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Respetado por sus rivales, temido por muchos, pero amigos de todos, Fermín es único. Se trata de uno de los pocos atletas españoles que ha contribuido a que se nos conozca a un nivel realmente popular. Le echaremos de menos en Sydney, aunque confío en que los tres españoles que corran allá la final de 1.500 nos lo hagan olvidar por un momento. Hasta el próximo Mundial de Lisboa, Fermín.

José María Odriozola es presidente de la Federación Española de Atletismo.

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