Soporífera revancha

El Manchester United gana al Real Madrid por la mínima en el torneo del centenario del Bayern

Algunos amistosos de verano confirman de manera concluyente que el mejor fútbol se juega entre enemigos. Madrid y Manchester mantienen una rivalidad histórica, pero la naturaleza fraternal del partido de ayer pareció unirlos en una comunión apacible: las estrellas firmaron un pacto tácito de no agresión. Cansados por lo temprano de la estación, se dejaron llevar. Aburrieron al público, y el Madrid, si vale hacer balance de una coyuntura tan pobre, alcanzó el mismo nivel que su rival, con Guti y Celades agarrados a su manija. Fue una soporífera revancha inglesa de su derrota en la Liga de Campe...

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Algunos amistosos de verano confirman de manera concluyente que el mejor fútbol se juega entre enemigos. Madrid y Manchester mantienen una rivalidad histórica, pero la naturaleza fraternal del partido de ayer pareció unirlos en una comunión apacible: las estrellas firmaron un pacto tácito de no agresión. Cansados por lo temprano de la estación, se dejaron llevar. Aburrieron al público, y el Madrid, si vale hacer balance de una coyuntura tan pobre, alcanzó el mismo nivel que su rival, con Guti y Celades agarrados a su manija. Fue una soporífera revancha inglesa de su derrota en la Liga de Campeones.El Estadio Olímpico, abierto y dando paso a un viento alpino, fresco, debió de resultar un escenario poco estimulante para los jugadores de blanco, y para los de rojo también. El Madrid movió mejor la pelota que el Manchester. Controló un pelín más la situación, y poco más. ¿Qué más daba? El centenario del Bayern Múnich, el recuerdo imborrable de sus tres Copas de Europa en los setenta, de sus mitos, de Beckenbauer, Müller, Maier, Breitner... se hizo insuficiente para sacar del agarrotamiento a los músculos de los jugadores en medio de la pretemporada. En días en que todos se llevan las manos a las piernas por las agujetas y se lamentan de las ampollas, cuando las botas hacen doler los pies y nadie se juega nada, un partido de fútbol homenaje puede convertirse en una prueba de fe. O eso es lo que debieron soportar los 25.000 espectadores ayer. Expectantes, hinchas del Bayern en su mayoría, silbaron a todo pulmón para consolarse ante el fiasco.

MANCHESTER 1 / REAL MADRID 0

Manchester United: Van der Gow; Neville, Johnsen, Silvestre (Stam, m. 75), Irwin; Beckham, Keane, Scholes, Giggs (Yorke, m. 76); Solskjaer y Sheringham.Real Madrid: César; Geremi, Julio César, Iván Campo, Karanka, Solari; Celades; Julio Álvarez (Eto'o, m. 65), Guti, Savio (Rivera, m. 75); y Morientes (Tote, m. 65). Goles: 1-0. M. 90. Saque largo de Van der Gow, Scholes desvía y Solskjaer marca. Árbitro: Elorian Meier (Alemania). Unos 25.000 espectadores en el Estadio Olímpico de Múnich. Torneo del centenario del Bayern. En la otra semifinal, el Bayern ganó al Galatasaray por 3-1. El Madrid juega hoy (21.00, Canal +) frente al Galatasaray.

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El plan que ofreció Del Bosque con el equipo suplente habla, según sus palabras, de un esquema de 3-3-3-1. Pero entre los números, la pizarra y la realidad de un grupo de futbolistas desacostumbrados a jugar juntos, se abre una brecha considerable. Las bandas son el punto por donde se desmorona todo. Porque los carrileros fracasaron y porque los extremos se fueron al medio. Primero fallaron los carrileros: ni Solari tiene pulmones para cubrir 100 metros, ni Geremi tiene calidad suficiente para asumir papeles en el medio campo. Geremi le perdió el rastro a Giggs y a Solskjaer alternativamente. Sus recortes violentos al borde del área del Manchester levantaron aplausos en las gradas. El hombre tiene oxígeno y fibra para lucir. Pero sus pases terminan en ninguna parte. El argentino, por su parte, debió ocuparse más de cerrar a Beck-ham cuando lo suyo es progresar como volante ofensivo por la izquierda.

Más arriba, por la banda de Solari, fue raro ver a Savio hacer un desborde y tirar el centro. Libre de obligaciones tácticas, Savio se volcó al medio campo, y por ahí se desvaneció. Del otro lado, el canterano Julio Álvarez demostró condiciones de todoterreno, vigoroso y astuto con la pelota en los pies, pero demasiado verde como para sorprender a Irwin. Álvarez es más centrocampista que delantero, y más volante que extremo. Así que su banda también quedó desierta. Y como mejor recurso ofensivo, al Madrid le quedó el medio de la cancha. Ahí aparecieron Guti y Celades. Dos jugadores jóvenes que pueden resultar decisivos esta temporada.

Guti tiene pasta de conductor y ayer se plantó en el sitio que dejó libre Redondo con una suficiencia descarada. Celades también demostró olfato para la anticipación. El ex barcelonista se impuso siempre a Scholes, que deambuló a media máquina en el medio campo de su equipo. A veces persiguió a Keane cuando aparecía en campo del Madrid, y siempre hizo la distribución con velocidad.

El Madrid jugó mejor que el Manchester durante el primer tiempo, pero el partido fue una adormidera los 90 minutos. En la segunda mitad los ingleses apretaron un poco más. Del Bosque había dado entrada a Eto'o y Rivera, algo así como las últimas opciones de cambio. Los ingleses ensancharon más el campo y comenzaban a llegar en masa, con Yorke y Scholes. César detuvo dos disparos a bocajarro de Solskjaer. Beckham probó suerte desde fuera del área. Y en una jugada aislada, un saque del portero Van Der Gow, el propio Solskjaer recibió con el pecho, se desembarazó de Karanka y marcó el gol. Un gol solitario que en el minuto 90 puso fin a un encuentro desabrido.

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