"Soy calzonazos profesional"

Tiene, ya, lo que hay que tener. Es decir, unos cuantos añitos, vida intensa, varias de las mejores películas del cine español, visión epicúrea de la existencia y un excepcional sentido del humor y la provocación. Si tiene una señora al lado no deja de mirarla. Durante una conversación con Luis García Berlanga en un reciente curso en Ronda sobre la mujer en el cine organizado por la Universidad Rey Juan Carlos y Unicaja, el director de Plácido no paró de contestar a una muchacha anexa las preguntas del plumilla. Pregunta. ¿Hizo usted Tamaño Natural con una muñeca hi...

Tiene, ya, lo que hay que tener. Es decir, unos cuantos añitos, vida intensa, varias de las mejores películas del cine español, visión epicúrea de la existencia y un excepcional sentido del humor y la provocación. Si tiene una señora al lado no deja de mirarla. Durante una conversación con Luis García Berlanga en un reciente curso en Ronda sobre la mujer en el cine organizado por la Universidad Rey Juan Carlos y Unicaja, el director de Plácido no paró de contestar a una muchacha anexa las preguntas del plumilla. Pregunta. ¿Hizo usted Tamaño Natural con una muñeca hinchable para no tener que pagar a una estrella?

Respuesta. Con los nueve millones de pesetas que costó hacerla lo único que sé es que pude haber contratado a Brigitte Bardot.

P. Dicer ser homosexual lésbico. Pero tiene fama de misógino.

R. No es contradictorio. Hay también lesbianas misóginas. Hoy las tres ideas que me definen son la soledad, el egoísmo y la cobardía.

P. Tampoco es que usted ande mucho sólo...

R. Hablo de soledad como destino. No le he dicho que soy otra cosa, que, aunque subsidiaria, marca mucho: un calzonazos profesional. Pero sí, me gustaría crear una soberanía sólo conmigo. Como hizo mi amigo el surrealista Pierre Moliner que llegaba a disfrazarse de mujer, se sodomizaba a sí mismo y vivía con una muñeca.

P. Usted llegó a vivir con una.

R. Con un maniquí. Fue una apuesta que hice con Rafael Azcona cuando Tamaño Natural. Sostuve que un hombre que vive con una muñeca no necesita hablarle. Me la llevé a casa seis meses. Pasé con ella todas las penurias que un hombre pasa con una mujer sin decir nada. Pero un día le dije 'adiós, chata'. Y perdí. La llegué a odiar.

P. Definitivamente, se acabó rodar más películas.

R. Sí. Ya esta bien. Ninguna más.

P. ¿Seguro?

R. Alfredo Matas y yo nos prometimos hacer alguna vez una película porno. Pero...