Tribuna:CONGRESO DEL PA

Mayorías y minorías

Las estrategias de renovación de los partidos políticos no pueden prescindir, lógicamente, de lo que constituye el soporte fundamental de toda democracia: los resultados electorales que se alcanzan. Que un partido con una alta presencia electoral, como puede ser el PSOE, adopte una estrategia de renovación donde predomina más la continuidad que la ruptura, puede ser algo perfectamente explicable, porque se trata ante todo de conservar la base electoral preexistente.Es evidente que ese no es el caso del Partido Andalucista, que constituye una fuerza electoralmente minoritaria: diseñar una estra...

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Las estrategias de renovación de los partidos políticos no pueden prescindir, lógicamente, de lo que constituye el soporte fundamental de toda democracia: los resultados electorales que se alcanzan. Que un partido con una alta presencia electoral, como puede ser el PSOE, adopte una estrategia de renovación donde predomina más la continuidad que la ruptura, puede ser algo perfectamente explicable, porque se trata ante todo de conservar la base electoral preexistente.Es evidente que ese no es el caso del Partido Andalucista, que constituye una fuerza electoralmente minoritaria: diseñar una estrategia de renovación andalucista sobre la base de la continuidad del viejo equipo oficialista, es una forma de condenarnos a nosotros mismos a seguir siendo una oferta minoritaria. Es posible que esta sea, en el fondo, la filosofía del equipo dirigente, mantenerse en la dirección del Partido Andalucista, aunque sea a costa de bloquear el crecimiento electoral del propio partido: algo que ya hemos tenido ocasión de comprobar en la última convocatoria electoral.

La única forma de crecer electoralmente que tiene el andalucismo es incrementar sus puntos de asentamiento y expandirlos hacia todo el territorio de Andalucía: es evidente que los circuitos locales son, en consecuencia, la clave del crecimiento electoral que puede permitir un futuro político distinto para el Partido Andalucista.

De aquí se deducen dos consecuencias: primera, que la renovación andalucista no puede ser continuista ni conservadora, sino que debe implicar una ruptura drástica y definitiva con un tipo de discurso y de estrategia que se ha demostrado ya estéril y desfasado. Y segunda, que son los circuitos de nuestro poder local, los que deben asumir un protagonismo decisivo en ese proceso de renovación, sustituyendo a unos aparatos anquilosados y cerrados en sí mismos, que han confirmado ya reiteradamente su propio fracaso político.

La renovación andalucista debe ser pues el camino hacia una auténtica refundación, que permita abrir nuestras estructuras a la sociedad, eliminando esos conocidos obstáculos que impiden el crecimiento electoral del PA: y esa tarea histórica que necesita ahora Andalucía debe ser emprendida, fundamentalmente, por nuestros cuadros locales, porque ellos son quienes conocen exactamente las claves que nos permiten llegar al electorado y expandir nuestra presencia hacia todos los rincones de Andalucía.

Por eso, un partido minoritario como el andalucista, necesita una estrategia de renovación distinta a la de un partido en posiciones mayoritarias como el socialista.

Pedro Pacheco es vicepresidente del PA.

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