La situación de minoría de las diputaciones frena su actividad en el primer año de legislatura

Las tres diputaciones vascas han visto paralizada su actividad en el primer año de esta legislatura, debido a la situación de minoría de los equipos de gobierno, algo inédito en la historia democrática de las administraciones forales. Álava ha funcionado con presupuestos prorrogados hasta hace una semana, Vizcaya ha tramitado el menor número de normas forales desde 1996 y en Guipúzcoa la oposición ha infligido derrotas al equipo PNV-EA. La incógnita se cierne sobre el futuro, sin perspectivas claras de gobiernos estables en lo que queda de legislatura.

Hace un año, en estas fechas acced...

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Las tres diputaciones vascas han visto paralizada su actividad en el primer año de esta legislatura, debido a la situación de minoría de los equipos de gobierno, algo inédito en la historia democrática de las administraciones forales. Álava ha funcionado con presupuestos prorrogados hasta hace una semana, Vizcaya ha tramitado el menor número de normas forales desde 1996 y en Guipúzcoa la oposición ha infligido derrotas al equipo PNV-EA. La incógnita se cierne sobre el futuro, sin perspectivas claras de gobiernos estables en lo que queda de legislatura.

"Inestabilidad"

Hace un año, en estas fechas accedían a sus cargos de diputados generales Josu Bergara, Román Sudupe y Ramón Rabanera, dos peneuvistas y un popular. Lo que entonces parecía impensable se ha cumplido: en ninguno de los tres casos se ha logrado un pacto estable. En Vizcaya y Guipúzcoa, la causa ha sido la reticencia del PNV a posibilitar la entrada de EH. En Álava, los socialistas no han querido escenificar un pacto con el PP que políticamente les perjudicaría.La aprobación de los presupuestos de este año, en distintas fases en cada territorio, ha permitido un lapso de tranquilidad a los mandatarios forales. Pero, según coincide la oposición desde el PNV en Álava hasta PP y PSE en los otros dos territorios, la actividad se ha paralizado. Félix Ormazabal, portavoz nacionalista en Álava: "Ha salido adelante por inercia y por el buen hacer de los funcionarios de la institución". Josu Montalbán, portavoz socialista en Vizcaya: "La Diputación ha funcionado al 60%".

Ha sido en Vizcaya donde la situación se ha complicado menos, porque, aunque era la primera vez en la historia que se empezaba el año sin presupuestos aprobados, el equipo de gobierno PNV-EA logró ratificarlos el último día de enero con el apoyo de EH.

Pero el desarrollo de la legislatura ha confirmado el recelo peneuvista. Ya flirteó con los socialistas buscando apoyos e incluso ha votado conjuntamente con el PP en temas concretos. Maite Barreña, portavoz de EH en las Juntas vizcaínas, opina que el acuerdo con el PNV "ha sido beneficioso para Vizcaya por cuestiones novedosas como la subida de pensiones, la asunción de la igualdad de oportunidades de hombres u mujeres, el empleo, el impulso del euskera". Barreña destaca la actuación "honrada y clara" de su grupo pese a los desacuerdos con PNV y EA en algunos temas. "En cambio, la aportación a Udalbiltza está sin realizar por una decisión unilateral de [Josu] Bergara. Es alucinante su actitud, porque es una norma foral y está prevaricando".

Montalbán cree que este año "han proliferado los conflictos con la Administración central, la justicia. Y ésa no es forma de gobernar". A su juicio, hay una "inestabilidad evidente" y "se ve que el diputado general está a disgusto con ese pacto con HB". Carlos Olazabal (PP) califica el año transcurrido de "estéril" y opina que "no existe proyecto de gobierno. Se dedica a la gestión día a día y eso lo puede hacer cualquier funcionario". En este año, se han aprobado nueve normas forales frente a las 14 ratificadas en 1997 y las 13 de 1998.En Guipúzcoa, la fragilidad del Ejecutivo foral ha planeado en todo momento. Socialistas y populares tampoco han despreciado los acuerdos con EH, nunca de forma premeditada, para derrotar al equipo de gobierno. Al repasar todas las votaciones en las Juntas Generales surge un dato ilustrativo: el PNV, EA y EH han coincidido cinco veces, frente a las siete ocasiones en que PP y PSE-EE han votado lo mismo que EH.

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Ni siquiera en la aprobación del presupuesto hubo coincidencia de voto entre los tres partidos nacionalistas. Fue suficiente la abstención de EH para sacar adelante las cuentas forales. Estos vaivenes apenas han tenido incidencia alguna en la gestión foral. Pero, con ocasión de un pleno sobre las carreteras, quedó patente la debilidad del Gobierno, que fue incapaz de contrarrestar una proposición del PP que instaba a la Diputación a eliminar los peajes en la A-8 a partir de 2003 y una enmienda socialista a favor de la gratuidad de la Éibar-Vitoria. Ambas se aprobaron con el apoyo de EH.

El futuro es una incógnita. En Vizcaya, EH quiere reeditar "y mejorar" el acuerdo, aunque admite que la actitud de Bergara "es de las que en el PNV menos benefician el acuerdo. Ha dicho que los acuerdos con EH no sirven para nada pero habría que preguntárselo a los pensionistas o las mujeres". Montalbán dice que no hay nada oficial "pero se ve que al PNV le interesa tener trato con nosotros, pero ellos tienen que tomar la iniciativa y sobre todo ver qué camino eligen". En Guipúzcoa, Sudupe reitera su deseo "de encontrar mayorías más estables" y apuesta por que "se dén circunstancias políticas adecuadas para que se produzca para no estar sometidos a estos vaivenes en las Juntas".

Esta información ha sido realizada por Pedro G. de Viñaspre, Mikel Ormazabal y Alberto Uriona.

El primer gobierno foral sin presencia nacionalista

El 27 de julio de 1999 Ramón Rabanera fue investido diputado general de Álava gracias al respaldo del PSE, y el pasado 21 de julio aprobó sus primeros presupuestos tras alcanzar un acuerdo con los socialistas. Durante este año, el mandatario que ha presidido el primer gobierno foral sin presencia nacionalista desde la instauración de la democracia ha tenido que apoyarse en el PSE ante la debilidad del gobierno en minoría que han conformado PP y UA.Lo cierto es que la negociación sobre los presupuestos ha marcado este primer año. El proyecto tuvo que ser retirado al no contar con un consenso suficiente para su aprobación. A partir de ese momento, el equipo PP-UA tuvo que negociar primero la actualización una prórroga de las cuentas de 1999 y posteriormente el nuevo proyecto que tendrá un periodo de ejecución de cuatro meses.

Esta circunstancia ha llevado a los nacionalistas a acusar al nuevo equipo de haber paralizado la actividad de la Diputación. Félix Ormazabal entiende que el gabinete Rabanera se ha movido más por "la guerra general que se mantiene en el Estado contra el nacionalismo" que por un interés de desarrollar una gestión provincial efectiva.

Para los socialistas, el curso foral ha estado significado por otros factores. "La muerte de Fernando Buesa en febrero ha marcado un antes y un después en nuestra manera de enfocar la política en Diputación", señala Juan Carlos Prieto, portavoz del PSE en sustitución del político asesinado por ETA. Su respaldo al PP en materias concretas y especialmente en los presupuestos pasa más por "defender la vida y la libertad" en una situación que califica de "anormal" que por otras afinidades: "Ellos son de derechas y nosotros de izquierdas, y en una situación en la que no haya déficit democrático estaríamos enfrente", recalca.

Rabanera considera ahora que la gobernabilidad está asegurada "sin necesidad de pactos con fuerzas radicales que niegan la libertad y apoyan a los violentos". Pero la entrada en el Gobierno del PSE parece, a corto plazo, complicada.

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