Reportaje:VERANO SOLIDARIO

Inyección de vitaminas

Dos médicos de la organización Médicos sin Fronteras (MSF) esperan desde hace una semana en Uige, al norte de Angola, la llegada de José María Marín. Lo esperan a él y al paté, el embutido ibérico, los bombones y decenas de paquetes de Kleenex que, junto a varios libros y ropa, viajarán con este cooperante que ha decidido dejar su vida "cómoda" en Málaga e irse a África.Enfermero en el Centro de Salud de Las Lagunas (Mijas), confiesa que decidió apuntarse a MSF al ver en la televisión las labores que lleva a cabo esta organización. Con 40 años, afirma que está "preparado y concienciado" para r...

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Dos médicos de la organización Médicos sin Fronteras (MSF) esperan desde hace una semana en Uige, al norte de Angola, la llegada de José María Marín. Lo esperan a él y al paté, el embutido ibérico, los bombones y decenas de paquetes de Kleenex que, junto a varios libros y ropa, viajarán con este cooperante que ha decidido dejar su vida "cómoda" en Málaga e irse a África.Enfermero en el Centro de Salud de Las Lagunas (Mijas), confiesa que decidió apuntarse a MSF al ver en la televisión las labores que lleva a cabo esta organización. Con 40 años, afirma que está "preparado y concienciado" para realizar este viaje. Y debe ser verdad, porque apenas seis horas antes de coger un vuelo para Barcelona, el comienzo de su viaje aéreo a Angola, cuando la organización le comunica que debe posponer una semana su viaje a Luanda, José María Marín recibe la noticia lívido. El aeropuerto de la capital de la ex colonia portuguesa está cerrado. Metódico y organizado, explica que estaba preparado para irse seis meses al país más minado del mundo, con 12 millones de habitantes, de los cuales dos y medio están desplazados de sus hogares.

En Uige coordinará los cuatro centros de nutrición que MSF, Premio Nobel de la Paz 1999, tiene en la ciudad y a los que acuden las madres de la zona con sus hijos desnutridos. Tras pesar, medir y vacunar a los niños, se les prepara una dieta complementaria que refuerce el sistema inmunológico y evite la muerte de decenas de ellos por una simple deshidratación. La guerrilla, que combate en la zona, es lo que más miedo le da, "el temor a lo desconocido, encontrarme a gente armada por las calles me preocupa más que la muerte" afirma el cooperante. Se refiere a la guerrilla UNITA que lleva más de veinte años luchando contra el Ejército Nacional de Angola. Una guerra que ha minado este país con una esperanza de vida de 46 años.

Palestina y Kenia fueron los destinos que eligió antes que Angola pero no le seleccionaron. Hace unos meses, los dos médicos de Uige solicitaron a José María a MSF. Con ambos coincidió en Barcelona en el curso Preparación Primer Destino (PPD) que enseña a los cooperantes cómo actuar en los países en conflicto. Vinculado a varias organizaciones sociales, José María considera que para ser cooperante hay que ser "especial y tener un espíritu humanitario". La próxima semana abandonará Europa y a su familia con la que se comunicará sólo a través de Internet.

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