Una noche para recordar

Al mismo tiempo que Koldo Sagastizábal abandonaba la casa de Gran Hermano, el trío Presuntos Implicados se reencontraba con sus fans valencianos en los Jardines de Viveros. Cumplían, así, la promesa que habían hecho meses atrás. "Gracias por haber escogido a Presuntos Implicados y no a Gran Hermano", bromearon los músicos. La ocurrencia fue aplaudida con entusiasmo, entendida como un cariñoso guiño cómplice a su audiencia, y ahí, arrancó un largo recorrido musical por la historia de la banda guiado por el deseo de "conseguir arrancarle algo bonito a esta noche y recordarla para s...

Al mismo tiempo que Koldo Sagastizábal abandonaba la casa de Gran Hermano, el trío Presuntos Implicados se reencontraba con sus fans valencianos en los Jardines de Viveros. Cumplían, así, la promesa que habían hecho meses atrás. "Gracias por haber escogido a Presuntos Implicados y no a Gran Hermano", bromearon los músicos. La ocurrencia fue aplaudida con entusiasmo, entendida como un cariñoso guiño cómplice a su audiencia, y ahí, arrancó un largo recorrido musical por la historia de la banda guiado por el deseo de "conseguir arrancarle algo bonito a esta noche y recordarla para siempre". No tardó en cumplirse el deseo. La del pasado miércoles fue, sin duda, una velada repleta de magia, una noche muy especial de abrazos y eternos pactos de amistad. Por eso, claro, Soledad, Juan Luis y Nacho quisieron compartir sus canciones con algunos de sus más queridos colaboradores y, de este modo, fueron desfilando clásicos de la escena local como Vicente Sabater, Salvador Ortiz, Javier Vela... Se unían, así, con el resto de los excelentes músicos que acompañan al trío; entre ellos, el saxofonista Francisco Blanco Latino, el trompetista Pascual Piqueras o la guitarrista Teresa Nuñez.Presuntos Implicados traían bajo el brazo Versión original. Un álbum todavía joven, concebido como un capricho personal de los músicos (el disco está compuesto principalmente por versiones de autores como Víctor Jara, Djavan o Pancho Céspedes) y que, de algún modo, apela a la memoria colectiva de toda una generación que, como ellos, creció escuchando soul, boleros y pop sedoso. De este álbum sonaron Esta tarde vi llover, La felicidad..., pero no faltó una ráfaga de temas clásicos con Cómo hemos cambiado, o la inevitable Alma de blues. Para muchos lo mejor llegó en el último tramo. Un tremendo set compuesto por trallazos festivos de la talla de No hay humor o, incluso, Miss Circuitos. Misión cumplida: habrá quien tarde mucho en olvidar una noche como ésta.