GREC 2000

Àlex Rigola asume una versión arriesgada del 'Titus Andrònic' de Shakespeare

"El teatro es un espacio para el sueño en el que todo está permitido". Ésta es la premisa con la que el director Àlex Rigola se enfrenta a cada nuevo montaje. Y en su último trabajo, la obra de Shakespeare Titus Andrònic, la ha llevado al extremo. Convencido de que el genial dramaturgo "es un autor que permite muchas posibilidades de juego", se ha enfrentado al texto con voluntad de experimentación. "El resultado es", a su juicio, "el espectáculo más arriesgado de cuantos he hecho, por los distintos tipos de teatro que incluye y que van del más brechtiano al amateur". Se estrena ...

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"El teatro es un espacio para el sueño en el que todo está permitido". Ésta es la premisa con la que el director Àlex Rigola se enfrenta a cada nuevo montaje. Y en su último trabajo, la obra de Shakespeare Titus Andrònic, la ha llevado al extremo. Convencido de que el genial dramaturgo "es un autor que permite muchas posibilidades de juego", se ha enfrentado al texto con voluntad de experimentación. "El resultado es", a su juicio, "el espectáculo más arriesgado de cuantos he hecho, por los distintos tipos de teatro que incluye y que van del más brechtiano al amateur". Se estrena mañana en el Teatro Zorrilla de Badalona y podrá verse, de jueves a domingo, hasta el 30 de julio.Titus Andrònic es una obra plagada de violencia y Rigola no la ha obviado. Sin embargo, los dos meses y medio de ensayos para dar forma al espectáculo le han servido para modificar su idea sobre cómo mostrar su crudeza. Así, al principio quería hacer un montaje gore. Finalmente en el montaje no hay nada de ello; la sangre y los miembros mutilados han dado paso a lo que el director denomina "la sustitución teatral". Por ejemplo, una cabeza cortada se ha convertido en un tomate, de modo que se establece un código que el espectador debe interpretar.

Rigola no ha renunciado, en cambio, al humor, y se ha mantenido fiel a su idea de hacer un montaje contemporáneo de esta obra que, en su opinión, habla "de lo que pasa cuando no hay reflexión. Explica que tenemos una serie de leyes difícilmente maleables y cambiables, y plantea qué ocurre cuando nos estancamos en las leyes y no evolucionamos". El director considera que esto "es algo que sucede actualmente, cuando los políticos creen tener libertad absoluta y están más preocupados por las crisis internas de sus partidos que por lo que ocurre en la sociedad para la que gobiernan".

Su propuesta es, ante todo, muy personal, lo que da pie, entre otras muchas aportaciones, a que dos de los personajes vistan camisetas del Barça y sean retratados como hooligans.

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