La ofensiva de ETA

Miles de malagueños se solidarizan con la familia del concejal asesinado el sábado

Las más altas autoridades del Estado y de la comunidad autónoma andaluza acudieron ayer a Málaga para arropar y ofrecer sus solidaridad a los militantes del Partido Popular y, especialmente, a la familia del concejal asesinado, José María Martín Carpena. El cuerpo del edil llegó minutos después de las tres de la tarde al consistorio, en donde permaneció durante algo más de tres horas, hasta que fue trasladado a la catedral malagueña, en donde tuvo lugar un multitudinario funeral al que asistió el presidente José María Aznar. Posteriormente, el cadáver de Martín Carpena fue trasladado al cement...

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Las más altas autoridades del Estado y de la comunidad autónoma andaluza acudieron ayer a Málaga para arropar y ofrecer sus solidaridad a los militantes del Partido Popular y, especialmente, a la familia del concejal asesinado, José María Martín Carpena. El cuerpo del edil llegó minutos después de las tres de la tarde al consistorio, en donde permaneció durante algo más de tres horas, hasta que fue trasladado a la catedral malagueña, en donde tuvo lugar un multitudinario funeral al que asistió el presidente José María Aznar. Posteriormente, el cadáver de Martín Carpena fue trasladado al cementerio de San Gabriel para ser enterrado en una ceremonia privada por deseo expreso de sus familiares.

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A la atrocidad de un asesinato terrorista se sumaba ayer en los sentimientos de miles de malagueños la zozobra de lo inesperado. Nadie ni nada en una veraniega y festiva Málaga hacía imaginar el drama del crimen de origen terrorista en sus propias calles. Desde muy temprano por la mañana, decenas de vecinos se agolparon frente al edificio del Ayuntamiento. Con el paso de la mañana se convirtieron en centenares, que rompieron a aplaudir en cuanto el coche fúnebre llegó frente a las puertas de la sede municipal.A medida que avanzaba la tarde fueron llegando a la capilla ardiente los ministros del Interior, Jaime Mayor Oreja, y de Administraciones Públicas, Jesús Posadas. Mención aparte merece la ministra de Sanidad y ex alcadesa de Málaga, Celia Villalobos, que vivió toda la jornada de una manera intensísima. Fue ella la que metió en sus listas a las elecciones municipales a Martín Carpena en 1995.

También estuvieron en la capilla ardiente el presidente del Parlamento andaluz, Javier Torres Vela, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, acompañado de sus esposa, Antonia Ibarra.

Cerca de las seis y cuarto de la tarde llegó al Ayuntamiento el presidente del Gobierno, José María Aznar, con el que también venía su esposa, Ana Botella. Tras una breve visita a la capilla ardiente, el propio presidente del Gobierno encabezó la comitiva que se desplazó a pie hasta la catedral. Tanto él como Chaves -que salieron separados del Ayuntamiento, pero pronto se juntaron a la cabeza del grupo- recibieron numerosos aplausos de los ciudadnos allí presentes, que no perdieron en ningún momento la calma. Críticas y lamentos más o menos radicales en privado sí, pero como bloque, ayer, no era día de distinguir entre partidos o ideas para los malagueños que decidieron homenajear al concejal asesinado.

"Celia, nos ha tocado, qué le habremos hecho nosotros a estos criminales", se lamentaba una señora de avanzada edad que por unos momentos caminó a la par de la ministra de Sanidad en el trayecto hacia la catedral.

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El funeral fue oficiado por el obispo de Málaga, Antonio Dorado, que eligió un sermón con mensaje de esperanza de creyente, y que aunque clamó un "¿hasta cuándo las muertes y el dolor?"les pareció a algunos miembros del PP malagueño blando en la condena. Incluso abandonaron la catedral antes de que finalizara la homilía.

Las autoridades hicieron un pasillo al féretro y tan sólo Villalobos se saltó el protocolo para, lívida y con la cara desencajada, abrazarse a los familiares de Martín Carpena. El féretro partió después hacia el cementerio con la única compañía de sus familiares, que lo enterraron en la intimidad.

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