AUTOMOVILISMO Gran Premio de Austria de fórmula 1

De la Rosa encandila

El de Arrows se retira tercero tras 33 vueltas y Gené acaba octavo

En su segunda temporada en la fórmula 1, la imagen de Pedro Martínez de la Rosa, primer piloto de Arrows, ha dado un vuelco espectacular. A lo largo de su carrera había dejado siempre la estela de un campeón. Había ganado en todos los campeonatos en que había participado y siempre se había mostrado como un piloto agresivo, alejado de cualquier conformismo, dispuesto a plantar batalla.Esta imagen, que ya había mostrado en diversas carreras esta temporada, volvió a aflorar ayer en el circuito A1 Ring de Spielberg. Tras el problema que creó el múltiple accidente en el que se vio envuelto el ex ca...

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En su segunda temporada en la fórmula 1, la imagen de Pedro Martínez de la Rosa, primer piloto de Arrows, ha dado un vuelco espectacular. A lo largo de su carrera había dejado siempre la estela de un campeón. Había ganado en todos los campeonatos en que había participado y siempre se había mostrado como un piloto agresivo, alejado de cualquier conformismo, dispuesto a plantar batalla.Esta imagen, que ya había mostrado en diversas carreras esta temporada, volvió a aflorar ayer en el circuito A1 Ring de Spielberg. Tras el problema que creó el múltiple accidente en el que se vio envuelto el ex campeón mundial Michael Schumacher (Ferrari) en la primera vuelta del Gran Premio de Austria, De la Rosa se vio de golpe situado en el grupo de cabeza. Su 12ª posición en la parrilla de salida no resultó un problema tan importante en medio del caos.

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Cuando el coche de seguridad abandonó la pista en la tercera vuelta, De la Rosa era superado solamente por los dos McLaren de Hakkinen y Coulthard y por el Sauber del finlandés Mika Salo. ¡Era cuarto! Y en un tris tras adelantó a Salo y se colocó tercero. Fue una auténtica eclosión, puesto que sólo una vez esta temporada había conseguido colocar su coche por detrás de los McLaren y los Ferrari, y ser tercero. Se produjo en el Gran Premio de Europa, en Nurburgring, donde De la Rosa fue siempre a rebufo de los grandes y acabó sumando su segundo punto en la F-1.

El piloto de Cardedeu tuvo ayer peor suerte. Pilotó a un nivel impresionante, encadiló a la concurrencia, estuvo magistral. Pero esta vez su coche le falló. Andaba entonces por detrás de los dos McLaren de Hakkinen y Coulthard, que se habían distanciado 17 segundos. Pero mantenía su tercer puesto con una solvencia que empezaba a preocupar al segundo piloto de Ferrari. El brasileño Rubens Barrichello era su perseguidor, pero no podía con él. Le ganaba un segundo en una vuelta y lo perdía en la siguiente. Hasta que en la 33ª vuelta, el Arrows de De la Rosa comenzó a sacar humo blanco por el tubo de escape, lo que obligó al piloto a entrar en boxes. Ya no volvió a salir: la caja de cambios fue la culpable.

"¿Qué puedo decir?", se preguntó el piloto español, visiblemente decepcionado. "Ha sido una pena. El coche funcionaba fantástico, teníamos previsto hacer una sola parada en boxes y todo iba bien. No había salido bien, pero al llegar a la primera curva vi coches por todas partes. No levanté el pie del acelerador. Vi un hueco, me la jugué, me tiré muy deprisa al vértice de la curva y me salió bien. Pensé que iba a ser mi carrera. Pero tuvimos el mismo problema que en Magny Cours: la caja de cambios se rompió".

Marc Gené, por su parte, colocó su Minardi en octava posición tras el accidente inicial y llegó a ocupar la séptima posición. Pero sus ilusiones de puntuar se esfumaron tras su repostaje. "En la segunda parte de la carrera tuvimos un problema con el cambio, pero al menos pudimos acabar", señaló el de Sabadell.

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