AUTOMOVILISMO Gran Premio de Austria de fórmula 1

Una partida de póquer detrás de un motor

Ya en una ocasión se le ocurrió enseñarle el morro y presionar al mismísimo campeón del mundo Mika Hakkinen. También había rodado en la tercera posición durante algunas vueltas en el Gran Premio de Europa. Pero lo de ayer en Austria supera todas las expectativas. Esta temporada, tan sólo el ex campeón del mundo Jacques Villeneuve ha osado plantar cara a alguno de los cuatro pilotos de McLaren y Ferrari y mantenerlos a raya.Ahora ya son dos: Pedro Martínez de la Rosa lo hizo ayer. Aguantó en la tercera posición durante casi media carrera, sin dejar que el Ferrari de Rubens Barrichello le recort...

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Ya en una ocasión se le ocurrió enseñarle el morro y presionar al mismísimo campeón del mundo Mika Hakkinen. También había rodado en la tercera posición durante algunas vueltas en el Gran Premio de Europa. Pero lo de ayer en Austria supera todas las expectativas. Esta temporada, tan sólo el ex campeón del mundo Jacques Villeneuve ha osado plantar cara a alguno de los cuatro pilotos de McLaren y Ferrari y mantenerlos a raya.Ahora ya son dos: Pedro Martínez de la Rosa lo hizo ayer. Aguantó en la tercera posición durante casi media carrera, sin dejar que el Ferrari de Rubens Barrichello le recortara ni una décima de segundo. La dicha duró más que otras veces. Rodaba con absoluta seguridad, transmitía un control total de la situación y nada parecía poner en duda que el piloto español podría subirse por fin al cajón de un gran premio de fórmula 1. Pero cuando se acercaba el ecuador de la carrera, expiró el motor Supertec de su Arrows.

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Tom Walkinshaw, el patrón de Arrows, ha conseguido este año aumentar enormemente el potencial de esta veterana escudería, que aún no ha ganado un solo gran premio. La llegada de los viejos motores Renault revisados por Supertec ha resultado casi milagrosa. En primer lugar, porque ninguno de los nuevois motores que se han sumado este año al circo de la fórmula 1 -Honda y BMW- está dando el resultado que cabría esperar. Pesar menos de 100 kilos ya no es suficiente, como lo demuestra el fracaso estrepitoso de los motores Ford que equipan a Jaguar. En segundo lugar, porque Walkinshaw está poniendo las cosas complicadas a Renault, que calculaba que, habiendo comprado el equipo Bennetton, ya tenía solucionada la papeleta de su vuelta oficial a la máxima competición automovilística. Ahora los máximos directivos de la marca francesa tienen dos equipos punteros para escoger. Y en cada uno de ellos los dos pilotos de moda en este momento: De la Rosa y el italiano Giancarlo Fisichella.

El problema respecto al español es que hace ya demasiadas carreras que no acaba, lo que plantea la seria duda de si Walkinshaw no está jugando de farol y haciendo creer a los dirigentes de Renault que dispone de mejor chasis y mejor equipo de lo que en realidad tiene. El quinto puesto de Verstapen y el sexto de De la Rosa no son suficiente, por ahora, para demostrar que Arrows puede llegar a ser tan competitivo como Bennetton.

En estas circunstancias, no sería de extrañar que el nombre del piloto español, al que ya se ha empezado a situar en algunos equipos de renombre, entrara ya directamente en el mercado de la próxima temporada. Las incógnitas, sin embarga, son todavía demasiadas como para saber si Walkinshaw va o no de farol.

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