LA RENOVACIÓN DEL PSOE

La mayoría del PSOE traslada a Chaves el deseo de que González presida el partido

La gestora propone un sistema de elección en el 35º Congreso que favorezca el consenso

La apuesta es arriesgada, pero dado que no hay pacto entre los cuatro candidatos a la secretaría general del PSOE, la Comisión Política aprobará mañana la siguiente fórmula: ganará el 35º Congreso aquel candidato que obtenga un voto más que los otros tres. No habrá segunda vuelta, sino que el vencedor se someterá a otra votación con su equipo de dirección, pero sin adscripción de áreas. En ese grupo podría estar Felipe González si el secretario general que salga elegido lo propone y si él acepta. El presidente de la gestora, Manuel Chaves, ha recibido de las federaciones "una inclinación muy f...

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El voto útil

La apuesta es arriesgada, pero dado que no hay pacto entre los cuatro candidatos a la secretaría general del PSOE, la Comisión Política aprobará mañana la siguiente fórmula: ganará el 35º Congreso aquel candidato que obtenga un voto más que los otros tres. No habrá segunda vuelta, sino que el vencedor se someterá a otra votación con su equipo de dirección, pero sin adscripción de áreas. En ese grupo podría estar Felipe González si el secretario general que salga elegido lo propone y si él acepta. El presidente de la gestora, Manuel Chaves, ha recibido de las federaciones "una inclinación muy fuerte" a que González sea el presidente del PSOE.El presidente de la Comisión Política, Manuel Chaves, cree que tiene los apoyos suficientes como para proponer mañana a ese órgano de dirección esa fórmula de elección del secretario general que excluye la segunda vuelta. Habrá opiniones en contra, pero previsiblemente quedarán en minoría.

Su ronda de visitas por las federaciones del PSOE y el hecho de que sólo la candidata Rosa Díez esté en contra de la única vuelta, le permite suponer que sus tesis serán respaldadas. Todo está supeditado, no obstante, a la decisión de los 998 delegados cuando el primer día del congreso, el 21 de julio, se reúnan para modificar las normas de elección vigentes, según las cuales los delegados votan al secretario general y a la ejecutiva en lista única y cerrada.

Si el guión no se modifica, el sábado 22 de julio los cuatro candidatos se someterán individualmente a la votación de los delegados. Aquel que obtenga un voto más que el segundo, sin determinar mínimos, será elegido secretario general. El vencedor tendrá hasta el día siguiente, domingo 23 de julio, para presentar al congreso el equipo que ha elegido para formar la Comisión Ejecutiva Federal. En ese grupo estará él mismo y, previsiblemente, otros candidatos o miembros de las otras candidaturas, ya que será una Ejecutiva de integración. Ello permitirá que el nuevo equipo de dirección tenga más apoyos que los que obtuvo en solitario el secretario general. Lo que le dará mayor fortaleza política, siempre en la esperanza de los defensores de esa fórmula de que el equipo al completo obtenga no menos del 60% de los votos de los delegados.

Este esquema tiene una "derivada": la "integración natural" de Felipe González en la nueva ejecutiva. Los interlocutores consultados señalan que esta hipótesis sería imposible en el supuesto de que hubiera una segunda vuelta y la pelea entre candidatos se mantuviera hasta el final. González nunca se integraría, aseguran, en una dirección nacida en ese contexto de enfrentamiento.

La facilidad con que González formaría parte de una dirección nacida del consenso no significa que vaya a ocurrir, según precisan interlocutores cercanos a Manuel Chaves. "Falta nada menos que el secretario general lo quiera proponer y, sobre todo, que Felipe acepte. Lo único evidente es que en este proceso militantes y dirigentes han manifestado a Chaves el deseo de que González presida el partido", señalan las mismas fuentes.

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¿Por qué ese temor a que el tercer y el cuarto candidatos apoyen, por ejemplo, al segundo en el orden de votación de la primera vuelta? Ésta es la pregunta que Rosa Díez formula una y otra vez al defender la segunda vuelta. Los sectores que apoyan sólo una vuelta reconocen que es "perfectamente democrático" que tres se unan para derrotar a otro, pero estiman que se abriría un periodo de inestabilidad.Aquel que hubiera ganado en la primera vuelta podría tener siempre levantada la bandera de su victoria en la primera votación directa de los delegados.

Pero los impulsores de la votación única para elegir al secretario general también reconocen que tratan de propiciar "el voto útil". Los 998 delegados saben que en su primera votación se lo juegan todo, por lo que no deben permitirse "alegrías", ya que no habrá una segunda oportunidad. Este razonamiento tiene que ver, y no se oculta, con el fracaso de algunas federaciones de acercar a los candidatos entre sí. "Se trata de forzar el consenso por el procedimiento, al no haber cuajado el acuerdo por las vías naturales del diálogo", explica un miembro de la Comisión Política.

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