Los candidatos han rehuido el pacto
La discusión sobre "el procedimiento" va a prolongarse hasta la víspera del congreso. Los miembros de la Comisión Política lo han asumido con cierta tranquilidad con el argumento de que están dispuestos a sonrojarse estos días antes que "ponerse amarillos durante el congreso", en expresión de un miembro de la gestora. "Preferimos dar ahora la imagen de improvisación, y que vamos unas veces hacia delante y otras hacia atrás que no tener que improvisar en el congreso", decía el responsable de organización, Luis Pizarro.El reconocimiento de Pizarro de que ha habido cambios en el seno de la g...
La discusión sobre "el procedimiento" va a prolongarse hasta la víspera del congreso. Los miembros de la Comisión Política lo han asumido con cierta tranquilidad con el argumento de que están dispuestos a sonrojarse estos días antes que "ponerse amarillos durante el congreso", en expresión de un miembro de la gestora. "Preferimos dar ahora la imagen de improvisación, y que vamos unas veces hacia delante y otras hacia atrás que no tener que improvisar en el congreso", decía el responsable de organización, Luis Pizarro.El reconocimiento de Pizarro de que ha habido cambios en el seno de la gestora lo explica sin complejos por el propio transcurso de los acontecimientos. Cuando todo empezó a mitad del mes de abril nadie fue capaz de imaginar que iba a haber cuatro candidatos en liza. Primero, José Bono, de manera oficiosa, después Rosa Díez encabezando la lista con un pronunciamiento formal. Les siguió Matilde Fernández y, por último, José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante semanas se escucharon todos los nombres como susceptibles de abandonar la carrera. Los partidarios de unos hacían correr la voz de que la retirada de otro u otros era inminente; pero pasaban los días y nadie daba un paso atrás. Ni tiraban la toalla ni encauzaban conversaciones para intentar alianzas. Las primeras sugerencias sobre normas tenían como objetivo animar al pacto; no surtieron efecto. Los candidatos han preferido, y todavía tienen una semana para emplearse a fondo, evitar el contacto entre ellos y dedicarse a mirar cara a cara a los delegados para convencerles de que les voten. Si hay pactos será en el propio congreso.