LO QUE HAY QUE VER

El Museo Taurino, como otros que se encuentran dentro de un edificio con renombre, no empieza ni termina en las salas de exposición correspondientes. La visita hay que iniciarla en la misma puerta de la plaza, ésa por la que todas las tardes de corrida entran los diestros procedentes de los mejores hoteles de la villa. Ahí, Luis Díaz de Lezana, un amante tanto de la pintura como de los toros, ha colocado algunos carteles emblemáticos, creados por pintores significativos en sus tiempos como Guezala, Arrúe o Echevarria.El recorrido puede seguir por los pasillos del coso que llevan al museo: just...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Museo Taurino, como otros que se encuentran dentro de un edificio con renombre, no empieza ni termina en las salas de exposición correspondientes. La visita hay que iniciarla en la misma puerta de la plaza, ésa por la que todas las tardes de corrida entran los diestros procedentes de los mejores hoteles de la villa. Ahí, Luis Díaz de Lezana, un amante tanto de la pintura como de los toros, ha colocado algunos carteles emblemáticos, creados por pintores significativos en sus tiempos como Guezala, Arrúe o Echevarria.El recorrido puede seguir por los pasillos del coso que llevan al museo: justo en su entrada hay otra serie de carteles, entre los que se puede destacar uno correspondiente a una corrida celebrada en 1896 en San Sebastián en el que se anuncia la actuación de las "señoritas toreras" Lolita y Angelita, clara demostración de que Cristina Sánchez no es una pionera.

Y ya a la salida del museo, no hay que dejar de pasar por el comedor de la plaza, donde se exhiben los óleos sobre los que se han creado los últimos carteles de la feria de Bilbao, con autores como Jesús María Lazkano o Agustín Reche a la cabeza. No falta la serie de García Campos o el montaje fotográfico que ha creado Muguruza para la corrida que se celebró con motivo del séptimo centenario de Bilbao.

Y ya en el interior del museo no hay que dejar de citar algunas piezas imprescindibles para la memoria sentimental del aficionado como dos capotes (uno de ellos, goyesco) de Antonio Ordóñez, y otro de El Niño de la Capea, ambos toreros muy unidos al coso bilbaíno, tanto que Ordoñez, por ejemplo, colaboró en el diseño de los corrales, otra de las paradas imprescindibles en la visita guiada al museo.

Otros objetos con carga sentimental son las fotografías de Orson Welles y Hemingway, las zapatillas y el estoque de Cocherito o algunas de las cabezas de los toros que alcanzaron mayor renombre en la plaza, toreados por el propio Cocherito o por Martín Agüero, otro diestro imprescindible en la tauromaquia vizcaína.

DATOS PRÁCTICOS

Dirección: Plaza de Toros de Vista Alegre. Martín Agüero, 1. Teléfono: 94 4448698. Página web: www.torosbilbao.com.Horario: De lunes a viernes, de 10.30 a 13.00 y de 16.00 a 18.00. Sábados, domingos y festivos, cerrado.

Entrada: 200 pesetas. Hay posibilidad de visitas guiadas.

Fecha de inauguración: El Museo Taurino de Bilbao abrió sus puertas el 9 de junio de 1995 y se conformó con los materiales que había ido acumulando a lo largo del siglo la Junta Administrativa de la Plaza de Toros y las aportaciones de coleccionistas privados, entre los que destaca (por su vinculación a la villa bilbaína) el Club Taurino Cocherito de Bilbao.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En