Nueva Izquierda anima a los progresistas a formar "una mayoría social" que destrone al PP

"Renovar la izquierda no es acercarse a la derecha". Fue la conclusión a la que se llegó ayer en la jornada de reflexión organizada por el Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI) con representantes políticos, sindicales y sociales. El objetivo: lograr una oposición "contundente y constante" que lleve a formar una "mayoría social" que acabe con el Gobierno del PP en cuatro años, "y no en ocho". Nueva Izquierda, socio electoral y parlamentario del PSOE, aprobó un documento en el que critica la política económica, social e internacional del presidente José María Aznar.

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"Renovar la izquierda no es acercarse a la derecha". Fue la conclusión a la que se llegó ayer en la jornada de reflexión organizada por el Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI) con representantes políticos, sindicales y sociales. El objetivo: lograr una oposición "contundente y constante" que lleve a formar una "mayoría social" que acabe con el Gobierno del PP en cuatro años, "y no en ocho". Nueva Izquierda, socio electoral y parlamentario del PSOE, aprobó un documento en el que critica la política económica, social e internacional del presidente José María Aznar.

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Los participantes en los debates celebrados ayer en un hotel madrileño manejaron repetidamente el concepto de hegemonía que formulara hace tres cuartos de siglo el fundador del Partido Comunista italiano, Antonio Gramsci: antes de llegar al poder, la izquierda ha de conseguir una implantación suficiente para "dirigir culturalmente" la sociedad. Los ponentes, con escasas divergencias, afirmaron que había que asumir la "mayoría absoluta" del PP -que Diego López Garrido, secretario general de Nueva Izquierda, cree que está "tejiendo una red de intereses corporativos y clientelares"- y ponerse a trabajar. Nadie negó el mal momento de la izquierda española. En las pasadas elecciones de marzo, PSOE e IU perdieron un millón y medio de votos cada uno.A partir de ahí, hay que empezar a buscar soluciones. Ése era el objetivo de unas jornadas tituladas Nueva ciudadanía, nueva economía, nueva política, y a las que asistieron más de 500 personas. López Garrido hizo suya la frase de su ex compañero Nicolás Sartorius de que "renovar la izquierda no es acercarse a la derecha".

Las críticas de Nueva Izquierda al Gobierno se centraron en cuatro áreas: la aprobación del reciente paquete liberalizador en materia económica, que, a su juicio, "profundizará las desigualdades"; la modificación "inconstitucional" de la Ley de Extranjería; la política europea, por el peligro de permitir "dos velocidades" en el desarrollo de la UE, y la falta de compromiso de la política exterior, recogiendo las críticas en es te sentido de Amnistía Internacional, con los derechos humanos.

Una frase de un militante de Nueva Izquierda al comienzo del primer debate marcó las jornadas: "Al PSOE le hace falta un big bang y no más de lo mismo". Luis Martínez Noval, portavoz parlamentario del grupo socialista -que engloba a los diputados de NI-, reconoció que "salvaba la cara" a su partido con su asistencia. Ninguno de los cuatro candidatos a secretario general cumplió su promesa de contribuir al debate "sobre las ideas".

Las palabras "globalización" y "nueva economía" estaban en boca de todos. Salvo el economista Emilio Ontiveros, que pidió, "desde la izquierda", enfocar la realidad -por ejemplo, el crecimiento continuado de la productividad y del empleo en EEUU- "con espíritu científico y sin prejuicios", los análisis fueron críticos y pesimistas.

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Joaquín Estefanía, director de opinión de EL PAÍS, admitió los posibles efectos positivos de la globalización, pero reclamó alternativas "urgentes" para enfrentarse a las, en su opinión, tres principales consecuencias negativas: el reparto crecientemente desigual de la riqueza, la volatilidad de los mercados y la concentración del capital.

Dos de los tres diputados nacionales de NI -el propio López Garrido y Mercedes Gallizo-, Joan Saura -diputado de Iniciativa per Catalunya-Els Verds-, el presidente del colectivo No Nos Resignamos -Juan Ignacio Crespo-, un poeta-Luis Antonio de Villena-, eurodiputados y varios sindicalistas expusieron, entre otros, sus ideas sobre el futuro de la izquierda europea y pidieron una regulación de los movimientos internacionales de capitales.

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