Cartas al director

El gran juego de TVE

En los últimos años he empezado a enterarme poco a poco viendo algunas películas españolas (Abre los ojos) y extranjeras (The game, El show de Truman, Matrix, 13th floor) relacionadas con el tema de la falsa realidad. Pero la revelación me llegó con los últimos atentados de ETA: el telediario de TVE-1 no es nada más que un gran concurso. ¡Un juego! Sólo hay una regla, y es muy simple: a ver quién proporciona una noticia tan importante y grave como para quitar de la pantalla a la campeona actual, esta vulgaridad intelectual personificada: la presentadora del fútbol. Ella y sus cómplices son de ...

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En los últimos años he empezado a enterarme poco a poco viendo algunas películas españolas (Abre los ojos) y extranjeras (The game, El show de Truman, Matrix, 13th floor) relacionadas con el tema de la falsa realidad. Pero la revelación me llegó con los últimos atentados de ETA: el telediario de TVE-1 no es nada más que un gran concurso. ¡Un juego! Sólo hay una regla, y es muy simple: a ver quién proporciona una noticia tan importante y grave como para quitar de la pantalla a la campeona actual, esta vulgaridad intelectual personificada: la presentadora del fútbol. Ella y sus cómplices son de momento imbatibles con sus fantásticos reportajes en directo desde piscinas, pistas de esquí y, a veces, campos de fútbol para informarnos sobre lo que dicen y sobre cómo pasan el tiempo los representantes del mundo del balón.Los demás concursantes han intentado todo de todas las maneras, pero claramente les faltan los medios: ridículos desastres ecológicos, patéticas catástrofes aéreas, guerras que no asustan ni a un niño y hasta atentados de ficticias bandas terroristas. El defecto principal que tienen todos, aparte de ser poco creíbles, es el escaso recurso al directo, tan convenientemente manejado por la campeona.

Les convendría, para tener alguna esperanza de ganar, ponernos también algún bonito directo: no digo ya el naufragio de una patera en la costa de Tarifa, porque ésta es realidad real y no tiene ningún mérito, pero algo más tangible como... bueno, de momento no se me ocurre nada. Lo que sí se me ocurre es que, viendo alguna vez telediarios de otros países, he notado que son muy distintos. ¿Será posible que a los italianos, franceses o británicoss no les guste el fútbol? ¿En qué mundo viven?- Sergio Rezzonico. Ribadesella, Asturias.

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