Un empresario, asesinado de tres tiros en la cabeza en su oficina del barrio de Chamberí

José Guillermo Rojas Vásquez, empresario de origen colombiano, nacionalizado español, de 52 años, fue asesinado ayer tarde a tiros en la oficina de su propiedad, ubicada en el número 7 de la plaza del Conde del Valle de Suchil (Chamberí), según la Jefatura Superior de Policía. El autor del crimen, un hombre de tez morena, entró en el despacho identificándose como amigo y cliente. Al entrar, sacó una pistola con silenciador y descerrajó tres tiros sobre la cabeza de la víctima, titular o socio de 12 empresas. La policía atribuye el crimen a un ajuste de cuentas.

El homicidio ocurrió en l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

José Guillermo Rojas Vásquez, empresario de origen colombiano, nacionalizado español, de 52 años, fue asesinado ayer tarde a tiros en la oficina de su propiedad, ubicada en el número 7 de la plaza del Conde del Valle de Suchil (Chamberí), según la Jefatura Superior de Policía. El autor del crimen, un hombre de tez morena, entró en el despacho identificándose como amigo y cliente. Al entrar, sacó una pistola con silenciador y descerrajó tres tiros sobre la cabeza de la víctima, titular o socio de 12 empresas. La policía atribuye el crimen a un ajuste de cuentas.

El homicidio ocurrió en la oficina Marketing Técnico Marketek, una empresa ubicada en el primer piso de un edificio de apartamentos. José Guillermo Rojas, propietario de la compañía dedicada al comercio de materias primas agrícolas, según el registro oficial, se encontraba sentado en el despacho frente a su ordenador personal. En las oficinas se hallaban su esposa y un sobrino, quienes recibieron al homicida, que se hizo pasar como conocido de José Guillermo. La mujer invitó a pasar al visitante. A continuación, los dos familiares escucharon tres detonaciones procedentes del despacho de José Guillermo. Cuando acudieron a comprobar lo que ocurría, se cruzaron con el hombre que acababa de entrar en la habitación, una persona de mediana edad, vestida con traje, de piel morena y 1,75 de estatura.

Ensangrentado

Cuando la esposa entró en el cuarto, halló a su marido recostado sobre la silla. Tenía todo el cuerpo ensangrentado. La mujer, desesperada, avisó al 061 gritando que su esposo tenía dos tiros en la cabeza.

Los médicos de una UVI móvil no pudieron reanimar al empresario. "Ha muerto en el acto. Tiene tres tiros y dos de ellos le han atravesado la cabeza", explicó uno de los facultativos de urgencia. El cadáver presentaba dos orificios de bala en la mandíbula y otros tantos en la cara, según la primera exploración del forense.

Agentes del grupo VI de Homicidios, que se hicieron cargo de las investigaciones, recogieron en el despacho de la víctima tres casquillos de bala del calibre 7,65 milímetros.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El edificio de apartamentos donde ocurrió el crimen está situado entre un restaurante y un hotel que dispone en la calle de cámaras de seguridad. Según la policía, el objetivo de las cámaras no captó la huida del criminal.

La policía interrogaba ayer tarde a varias personas que se acercaron a los agentes de proximidad para explicarles que vieron andar muy deprisa a un hombre desde la plaza del Conde del Valle de Suchil hasta la calle de Alberto Aguilera.

Según la policía, el homicida no se llevó nada. Tampoco estaba revuelto el despacho. Los agentes revisaron ayer tarde la numerosa documentación de la oficina, donde había varios contratos de trabajo.

Según fuentes de la investigación, la juez encargada del caso no ha autorizado el registro del resto de sus empresas. El fallecido, de origen colombiano, estaba nacionalizado español desde hace más de 12 años.

José Guillermo era propietario de una decena de empresas entre las que figuran restaurantes, clínicas de salud, promotoras de inversión, agencias de viaje y oficinas. Todas ellas tienen su sede social en la capital madrileña.

Sin antecedentes

Según informaron fuentes policiales, la víctima carecía de antecedentes. Los investigadores sospechan que el fallecido ha podido ser asesinado por alguna banda colombiana por un ajuste de cuentas. La policía iniciaba ayer las pesquisas para descifrar si tras los negocios de José Guillermo se escondía una escalera de empresas en las que se blanqueaba dinero procedente de actividades ilícitas. También se investigaba la posibilidad de que la víctima controlase una red de inmigración, debido a que, según los vecinos, cada día pasaban por su oficina decenas de extranjeros.

Rojas, un hombre al que los vecinos describen como "orondo" y "serio", era muy educado y correcto. "Por aquí venían muchos inmigrantes cada día", aseguró un vecino. "Esta oficina no era lo que parecía", señaló otro inquilino. Ahí se hacía de todo menos negocio".

Archivado En