Tribuna:

Moneomuseo

"Posibles alternativas a la ampliación del Prado". Éste era el tema del coloquio del Club de Debates Urbanos, que se suele reunir en el Círculo de Bellas Artes, "oasis del desierto casticista madrileño", según expresión del bien barbado presidente del Club, hecho a imagen y semejanza de Dios Padre, Ricardo Aroca. En el panel estaba Rafael Moneo, quien fue presentado como mártir, aunque él negó ser objeto de compasión, añadiendo que cree en el proyecto. Su plan está centrado en el respeto al edificio de Villanueva y a la relación armónica entre ese edificio y la colección de pinturas. Alfonso P...

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"Posibles alternativas a la ampliación del Prado". Éste era el tema del coloquio del Club de Debates Urbanos, que se suele reunir en el Círculo de Bellas Artes, "oasis del desierto casticista madrileño", según expresión del bien barbado presidente del Club, hecho a imagen y semejanza de Dios Padre, Ricardo Aroca. En el panel estaba Rafael Moneo, quien fue presentado como mártir, aunque él negó ser objeto de compasión, añadiendo que cree en el proyecto. Su plan está centrado en el respeto al edificio de Villanueva y a la relación armónica entre ese edificio y la colección de pinturas. Alfonso Pérez Sánchez, ex director del Museo del Prado, aludió a la vieja propuesta de llevar a Goya al palacio de Villahermosa. Sonó a proclama numantina porque allí está ya el celebrado Thyssen. Moneo le replicó que creía en la indisolubilidad del matrimonio y que le parecía mal separar a Goya de Velázquez. Le contestaron que ahora ya existe el divorcio.Se mencionaron otras propuestas: el Ministerio de Agricultura, en Atocha; Buenavista, en Cibeles; el edificio de los viejos sindicatos; la antigua fábrica de tabacos de Embajadores. Hay un Prado escondido que no puede exhibirse y otro Prado disperso que podría volver. La colección de barrocos italianos es la más importante del mundo, mejor que las de Italia; la pintura española del XIX merece por sí sola un museo.

La principal diferencia entre Pérez Sánchez y Moneo es que aquél descentraliza el Prado y éste lo integra, con su cubo, en el viejo conjunto, ampliándolo en unos 17.000 metros, lo que significa un 50% de la superficie disponible hoy. En los turnos populares se dijo que "Madrid carece de ambición" y que debía hacerse un plan general. Pero eran muchos los partidarios de dar a Moneo un voto de confianza. Se hablaba del Kursaal, del Museo de Mérida, de obras menos conocidas como la Casa de la Cultura de Don Benito, Badajoz. El final fue tormentoso. Una señora que vive en el barrio del Prado le dijo a Moneo a voz en grito que "está usted muy equivocado si se cree que le vamos a dejar poner ese cubo allí".

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