Irureta toma el relevo de Molowny

Catorce años después, tras los triunfos de tres holandeses, un galés, un serbio, un italiano y un argentino con pasaporte español, Javier Irureta ha acabado con el reinado de los técnicos extranjeros en la Liga española. El título no abrazaba a un entrenador nacido en España desde que en la temporada 1985-86 Luis Molowny interpretara con el éxito acostumbrado, por tercera vez en su carrera, el papel de apagafuegos en el Madrid. Desde entonces, el trofeo lo levantaron Leo Beenhakker, Cruyff y Van Gaal, holandeses; John Toshack, galés; Radomir Antic, yugoslavo, Fabio Capello, italiano y Valdano,...

Catorce años después, tras los triunfos de tres holandeses, un galés, un serbio, un italiano y un argentino con pasaporte español, Javier Irureta ha acabado con el reinado de los técnicos extranjeros en la Liga española. El título no abrazaba a un entrenador nacido en España desde que en la temporada 1985-86 Luis Molowny interpretara con el éxito acostumbrado, por tercera vez en su carrera, el papel de apagafuegos en el Madrid. Desde entonces, el trofeo lo levantaron Leo Beenhakker, Cruyff y Van Gaal, holandeses; John Toshack, galés; Radomir Antic, yugoslavo, Fabio Capello, italiano y Valdano, que une la nacionalidad española a la argentina.Como si el hecho de venir de otro país garantizara el éxito, los clubes grandes de España, Madrid y Barça, que se reparten 43 de los 69 títulos disputados, han apostado desde hace años por técnicos extranjeros, con especial predilección por los holandeses en el caso azulgrana. Sin ir más lejos, en la temporada actual, 10 de los 20 entrenadores que empezaron la Liga no habían nacido en España. Sólo uno podía triunfar y éste ha sido, a la postre, Irureta, de 52 años, natural de Irún, Guipúzcoa, España.

"Es verdad que estos últimos años la Liga la han ganado los entrenadores extranjeros. Pero eso es lógico, porque son ellos quienes dirigen al Barça o al Madrid, equipos que van en Porsche mientras el resto vamos en utilitario. Y ganan la Liga, claro. Pero eso de ningún modo demuestra que los entrenadores de fuera sean mejores. Aún es más: si esos equipos los dirigieran españoles, también serían campeones". Quien así habla, tajante como de costumbre, es Clemente, el penúltimo técnico español en conseguir una Liga, concretamente dos, al frente del Athletic, allá en las temporadas 82-83 y 83-84.

Treinta y nueve entrenadores han sido campeones en alguna de las 69 Ligas disputadas hasta ahora. De ellos, 16 nacieron en España y 23 fuera. Aquellos acumulan un total de 31 títulos, por 38 de los foráneos. Liderando la clasificación de triunfadores figura, y seguirá figurando durante muchos años, Miguel Muñoz, que consiguió la friolera de nueve títulos con el Real Madrid. A enorme distancia, con cuatro triunfos, le siguen Helenio Herrera, que levantó dos trofeos con el Atlético y dos con el Barça, y Johan Cruyff, creador del mejor Barça de la historia. "Me gustaría ver a los que triunfan en los grandes dirigiendo a otros equipos" sentencia Clemente. "Ahí está el Betis, que fichó a Griguol, le echó, se trajo a Hiddink y le puso en la calle. ¿Dónde está el Betis ahora? Mucha lana, mucha fama y luego pasa lo que pasa. La prensa crea tópicos y yo soy un tío antitópicos. Entrenar al Barça o al Madrid y ganar la Liga es fácil. Hacerlo con el Depor es muy jodido. Me alegro por Jabo porque es paisano, amigo y español".

Irureta cumplió ayer su partido 400 en Primera, una cifra histórica para el triunfo más histórico conseguido jamás por un equipo gallego. Figura en el octavo puesto del ránking de entrenadores por partidos dirigidos, que lidera Luis Aragonés con 648. Ha entrenado a siete equipos, todos del norte, y su primer gran éxito lo consiguió en el Oviedo, al que llevó a la UEFA por vez primera. Fue destituido en el Logroñés, el Oviedo y el Athletic, y tuvo que llegar al banquillo del Deportivo para hacerse un hueco en la historia de un fútbol, el español, que lo mismo tiene que revisar sus preferencias porque "como decía el número uno, Miguel Muñoz, lo único que se aprende de los entrenadores extranjeros es a cobrar más dinero". Palabra de Molowny.