Secuestrado en Málaga un niño de 11 años cuando iba al colegio

Dos personas secuestraron ayer en el barrio malagueño de El Palo a Issa J., un niño de 11 años y de nacionalidad marroquí, cuando se dirigía con su madre al colegio en el que estudia. Pasadas las nueve de la mañana, Issa caminaba con su madre y un hermano pequeño cuando dos personas se acercaron en un coche. Uno de ellos se bajó del vehículo y se dirigió a la madre, Saida, de 29 años y embarazada de un mes, a quien golpeó y tiró al suelo. Después, agarró al niño y lo introdujo en el maletero. Mientras los secuestradores forcejaban con Saida e Issa, el hermano menor, de siete años, salió corrie...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dos personas secuestraron ayer en el barrio malagueño de El Palo a Issa J., un niño de 11 años y de nacionalidad marroquí, cuando se dirigía con su madre al colegio en el que estudia. Pasadas las nueve de la mañana, Issa caminaba con su madre y un hermano pequeño cuando dos personas se acercaron en un coche. Uno de ellos se bajó del vehículo y se dirigió a la madre, Saida, de 29 años y embarazada de un mes, a quien golpeó y tiró al suelo. Después, agarró al niño y lo introdujo en el maletero. Mientras los secuestradores forcejaban con Saida e Issa, el hermano menor, de siete años, salió corriendo a su casa para avisar a su padre, Mohamed J., de 40 años, que aún dormía. En la calle, el incidente provocó un gran revuelo, ya que era la hora en la que los pequeños entran al colegio. Inmediatamente, según fuentes policiales, los vecinos que habían presenciado los hechos dieron aviso a las autoridades.

La madre pasó la mañana en el Hospital Materno Infantil de la capital malagueña para que los médicos pudieran comprobar su estado. Una vez descartado cualquier daño en el feto, sí tuvieron que escayolarle el brazo izquierdo y darle varios puntos de sutura en el pómulo.

Mohamed manifestó a este periódico que a pesar de la violencia y de la rapidez con que ocurrió todo, la madre había reconocido a uno de los asaltantes. A la salida de comisaría, el padre no acertaba a dar ningún motivo para el secuestro de su hijo. Fuentes policiales, por su parte, no dudaban en achacar el rapto a un ajuste de cuentas por algún asunto de drogas.

A las tres de la tarde, Mohamed y su esposa abandonaron la comisaría provincial de Málaga después de denunciar el rapto de su hijo. Ambos acudieron acompañados de varios miembros de su familia y de un abogado. El letrado manifestó que acudía sólo como conocido de Mohamed. Fuentes del caso reconocieron, sin embargo, que Mohamed tenía una requisitoria de un juzgado para declarar como testigo, aunque no quisieron ofrecer más datos.

Al cierre de esta edición, la policía había identificado a los agresores y al vehículo usado en el rapto, pero no habían dado con el paradero de Issa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En