Núñez hace saber que quiere dimitir

El presidente del Barça sorprende a su junta con su intención de dejar el club en julio y convocar elecciones el próximo año

Josep Lluís Núñez piensa dimitir próximamente como presidente del FC Barcelona. No es una declaración institucional, ni tampoco una decisión adoptada por la directiva, ni siquiera un anuncio del propio mandatario, sino que responde al deseo de Núñez, expresado por Mundo Deportivo en su edición de ayer y confirmado por TV-3. El presidente azulgrana, elegido en 1978, se plantea dejar la institucion a final de temporada, antes de agotar el mandato -que expira en 2002-, tras presentar una auditoría de las cuentas del club y de renovar la plantilla, aunque el futuro entrenador ya no sería Louis van...

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Josep Lluís Núñez piensa dimitir próximamente como presidente del FC Barcelona. No es una declaración institucional, ni tampoco una decisión adoptada por la directiva, ni siquiera un anuncio del propio mandatario, sino que responde al deseo de Núñez, expresado por Mundo Deportivo en su edición de ayer y confirmado por TV-3. El presidente azulgrana, elegido en 1978, se plantea dejar la institucion a final de temporada, antes de agotar el mandato -que expira en 2002-, tras presentar una auditoría de las cuentas del club y de renovar la plantilla, aunque el futuro entrenador ya no sería Louis van Gaal, sino que el técnico abandonaría el equipo en el momento en que lo hiciera Núñez.La intención del presidente no la conocen todavía los 35 directivos del club, aunque sí la sabrían los técnicos más representantivos, como el propio Van Gaal, Aíto García Reneses (baloncesto) y Valero Rivera (balonmano). Núñez se siente decepcionado y ofendido por la pañolada que el pasado miércoles una gran parte de la hinchada le dedicó en el Camp Nou después de la eliminación de la Liga de Campeones frente al Valencia, actitud que considera injusta, desproporcionada y manipulada. El presidente no entiende las manifestaciones de los capitanes, Figo, Guardiola y Abelardo, explicando que la junta debería intervenir para evitar el distanciamiento entre los distintos sectores del barcelonismo y la fractura social que afecta a la entidad, que repercute en el equipo; igualmente se siente incomprendido y obstaculizado por la Administración, especialmente por la Generalitat, implicada en el proyecto Barça 2000 y en la ciudad deportiva, proyectos que no se han desarrollado; y entiende que es víctima de una campaña mediática orquestada y destinada a provocar su caída sin atender a los resultados deportivos.

Decisión firme

No es que la manera en que Núñez ha comunicado sus intenciones le resten credibilidad, sino que en el ambiente barcelonista existe una sensación de escepticismo sobre las intenciones del mandatario azulgrana. Las primeras hipótesis apuntan a que Núñez podría comunicar oficialmente su dimisión en la próxima asamblea de socios compromisarios del mes de julio, las elecciones presidenciales se celebrarían en abril o mayo del 2.001 y, mientras tanto, una junta gestora dirigida por uno de los actuales vicepresidentes, Nicolau Casaus o Joan Gaspart, se haría cargo del club.

No es la primera vez que Núñez manifiesta su intención de abandonar la presidencia -ya ocurrió, por ejemplo, antes de la disputa de la final de la Copa de Europa en Wembley 92-, de manera que la oposición y los grupos que han expresado su intención de concurrir a las elecciones -Elefant Blau; Associació pel Futur Blaugrana, precandidatura de Joan Castells; y Força Blaugrana, cuyo líder es Carles Tusquets- prefieren mantener la cautela. Tusquets manifestó ayer: "Me parece muy inteligente e importante la decisión de Núñez porque sabe que su modelo estaba agotado. Su postura es importante y no debe tener vuelta atrás". Laporta recela de que la decisión de Núñez sea firme: "O se dimite o no se dimite. Nos tiene acostumbrados a estas maniobras, y eso de que hará una auditoría no tiene sentido. Ya la harán los que entren en la nueva junta. Debería dimitir toda la directiva y convocar elecciones".

Frente a quienes advierten que la actitud de Núñez puede responder a un intento de plebiscito encaminado a convertir el partido del próximo sábado en el Camp Nou ante al Celta en una pugna entre nuñistas y antinuñistas, personas de la confianza del presidente han dicho que no acudirá a ningún acontecimiento deportivo del club, como ya quedó demostrado en el encuentro de baloncesto Barça-Tau del pasado viernes en el Palau Blaugrana, al que ya no asistió.

"El presidente está triste como lo estamos todos los barcelonistas", subrayó Joan Gaspart, vicepresidente y portavoz del club, que ayer por la mañana habló por teléfono con Núñez. "Está decepcionado por los últimos resultados y, en este marco, cree que tal vez ha llegado el momento de plantearse y de pensar el futuro de la entidad desde el punto de vista de su presidencia". El vicepresidente aseguró que, en caso de que Núñez quiera hacer efectiva su intención de dejar el cargo -"no me ha dicho siquiera que fuera una decisión en firme", aseguró-, intentará convencerle para que, cuando menos continúe hasta agotar su actual mandato. "He hablado con Nicolau Casaus [también vicepresidente], y todos los directivos estamos en la misma línea y pensamos que Núñez debe continuar. Si hay que insistirle para que sea así, lo haré". Núñez no ha comunicado su decisión a los directivos, que se sienten "descolocados", mientras que sí la conocerían los técnicos, pese a que no lo confirmaron, al menos Van Gaal, cuyo contrato expira en junio de 2002, al igual que el mandato del presidente.

Antes de abandonar el club, Núñez intentaría reactivar los proyectos urbanísticos estancados, como son Barcelona 2000 en Les Corts y la Ciudad Deportiva, y, con la anuencia de Van Gaal, dejaría la plantilla formada para el próximo ejercicio. La principal decisión sería vender a Rivaldo al mejor postor, traspaso y planificación que complicarían la sucesión de Núñez, puesto que se supone que el futuro presidente debería tener libertad de acción para diseñar el equipo y el club.

La actuación de Núñez, en cualquier caso, deja al Barcelona en una situación delicada tanto si cambia de parecer, por lo que supondría de desgaste, como si ratifica su decisión de dimitir, por la manera en que ha llevado el asunto. A través de la página web oficial, el Barcelona se limitó a decir: "La noticia publicada por el periódico Mundo Deportivo es totalmente verídica".

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