Tribuna:

Lo anodino

¿Lo inaudito? Gran hermano no es lo inaudito; es lo anodino. Lo inaudito pasa todos los días y está en los telediarios; como no vemos lo inaudito, nos fijamos en lo anodino. Lo inaudito es lo que se repite ya fuera del estupor, porque nada sorprende, todo parece tan cotidiano como la misma negrura de la tele. Un día llegó una señora a la casa de un telespectador desenganchado: "¡Señor, he salido en la tele!". Había salido como público en una matanza, pero había salido en la tele. Sales en la tele y te dicen: "Muy bien en la tele, eh". ¿Y qué dije?, preguntas. "No sé, pero das muy bien, eh"...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¿Lo inaudito? Gran hermano no es lo inaudito; es lo anodino. Lo inaudito pasa todos los días y está en los telediarios; como no vemos lo inaudito, nos fijamos en lo anodino. Lo inaudito es lo que se repite ya fuera del estupor, porque nada sorprende, todo parece tan cotidiano como la misma negrura de la tele. Un día llegó una señora a la casa de un telespectador desenganchado: "¡Señor, he salido en la tele!". Había salido como público en una matanza, pero había salido en la tele. Sales en la tele y te dicen: "Muy bien en la tele, eh". ¿Y qué dije?, preguntas. "No sé, pero das muy bien, eh". Lo aplana todo la tele: vemos a Fidel hablando por el móvil con Eliancito, y nos vamos a pasar los huevos por agua. Vemos cómo Anguita, que era tan puro, justifica que él también es humano y gasta agua, y entonces nos vamos a preparar unos bocadillos de sobrasada. Escuchamos en las tertulias donde reparten mandobles que ahora reparten mandobles también contra Juan Villalonga, al que tenían antes en la gloria, y entonces apagamos la luz y -como dice Javier Marías- apagamos la luz. Es inaudito ver a Clinton esperando que acabe la colada, pero eso tan inaudito era una broma, no era verdaderamente inaudito. Pero sí es inaudito ver a Lou Reed (¿recuerdan?) cantándole al Papa, pero lo vemos y nos vamos a poner un agua tónica. O lee uno, mientras se toma el café, que un catedrático declara que como es profesor de la universidad pública manda a sus hijos a la escuela privada, y como observamos que ni le expedientan ni nada, pues uno se sigue tomando el café. O resulta que Iberia aparece como compañía islandesa, guarda durante más de un día a los pasajeros que se suponía que iban en español y a Buenos Aires y eso ni es noticia de la tele, cuando resulta verdaderamente inaudito. Es inaudito, sobre todo, leer que el etarra negociante le dice a sus interlocutores gubernamentales: "¿Y tienen ustedes controlada la prensa?". "Hombre, pues no", le dicen, y entonces el encapuchado contraataca: "Al Cesid sí lo tendrán controlado". "Hombre", le replican, "a esos un poco más". Y nada, no pasa nada, nos vamos a tomar unas angulas. Lo inaudito, en fin, es que el telediario considere que es noticia de un minuto la operación de un dedo de un futbolista del Athletic. Cuando salió esa noticia, por cierto, ya había terminado el Gran hermano, tan anodino.

Archivado En