GENTE

EL SARGENTO ENCAJERO DE BOLILLOS

Nunca soñó Wermeer cuando creó en el siglo XVII La encajera que el cuadro podría repintarse en 2000 con otro protagonista. Juan López, sargento de la Guardia Civil de Fraga (Huesca), es un consumado encajero que no tiene empacho en sentarse entre 80 mujeres y que se sepa que es el sargento del pueblo. López es un caso excepcional. Lo dice su maestra, Ester Campos: "Se hace a todo, lo mismo se apunta al curso de bolillos que ayuda a montar el Belén". El sargento, un madrileño padre de dos hijos que lleva 20 años en Fraga, reconoce que es "una forma de relajarse". Cuando hace un año le tocó el m...

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Nunca soñó Wermeer cuando creó en el siglo XVII La encajera que el cuadro podría repintarse en 2000 con otro protagonista. Juan López, sargento de la Guardia Civil de Fraga (Huesca), es un consumado encajero que no tiene empacho en sentarse entre 80 mujeres y que se sepa que es el sargento del pueblo. López es un caso excepcional. Lo dice su maestra, Ester Campos: "Se hace a todo, lo mismo se apunta al curso de bolillos que ayuda a montar el Belén". El sargento, un madrileño padre de dos hijos que lleva 20 años en Fraga, reconoce que es "una forma de relajarse". Cuando hace un año le tocó el mundillo a su hija pequeña en una rifa no se lo pensó dos veces y comenzó a aprender. "Voy a las demostraciones, pero no abandono nunca mi trabajo", afirma López, que dirige a los rurales de un puesto donde hay 70 guardias. Ahora irá a Alfaro, Lleida, Barcelona y La Rioja. Por la mañana, la puntilla; por la tarde, el atestado.- ,

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