Entrevista:GRAHAM HOYLAND

"Creo que Mallory e Irvine sólo llegaron a 8.500 metros"

ENVIADO ESPECIALGraham Hoyland tiene el porte de un dandy inglés y un pasado que desde los 12 años le ligó al Everest. Se pasea por el campo base avanzado de esta montaña sin atender a la cima que se yergue justo a sus espaldas, una cima que ya pisó en 1993 (al mismo tiempo que Oiarzabal) y que ya ha dejado de interesarle. Hoyland, productor de la cadena británica BBC, busca la cámara fotográfica que portaba George Mallory en 1924 antes de desaparecer a 8.500 metros de altitud. El aparato fotográfico pertenecía, sin embargo, a Howard Somerwell, alpinista, cirujano, pintor, músico y tío de Hoyl...

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ENVIADO ESPECIALGraham Hoyland tiene el porte de un dandy inglés y un pasado que desde los 12 años le ligó al Everest. Se pasea por el campo base avanzado de esta montaña sin atender a la cima que se yergue justo a sus espaldas, una cima que ya pisó en 1993 (al mismo tiempo que Oiarzabal) y que ya ha dejado de interesarle. Hoyland, productor de la cadena británica BBC, busca la cámara fotográfica que portaba George Mallory en 1924 antes de desaparecer a 8.500 metros de altitud. El aparato fotográfico pertenecía, sin embargo, a Howard Somerwell, alpinista, cirujano, pintor, músico y tío de Hoyland.

Pregunta. ¿A qué obedece su presencia en las faldas del Everest?

Respuesta. Ésta es mi cuarta expedición al Everest, pero la primera que dedico a buscar la cámara que mi tío Howard Somerwell prestó a Mallory antes de desaparecer. Yo tenía doce años cuando mi tío, de 81, me pidió antes de morir que la buscara y que escalara el Everest.

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P. ¿Qué clase de persona era su tío?

R. Pintaba excelentemente, era fotógrafo, cirujano y músico, es decir un auténtico hombre del Renacimiento. Pero lo que más me impresiona al recordarle es saber que además era un excelente alpinista, una persona capaz de trabajar su mente sin despreciar su cuerpo. Personas difíciles de encontrar hoy en día. El mundo necesita más personajes como él o como Mallory.

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P. Escuchar las palabras de su tío en su lecho de muerte cuando usted sólo contaba 12 años tuvo que marcarle. ¿No fue así?

R. Efectivamente, eso marcó primero mi infancia y después mi vida. Es algo que no debería hacérsele a un crío (se ríe).

P. ¿Cuándo decidió definitivamente buscar la cámara?

R. Fue en 1993, después de pisar la cima del Everest. Había ascendido por la cara sur y me asomé a la cara norte pensando que allí abajo, en algún lugar, estaría la cámara. Me costó seis años convencer a la BBC para que copatrocinara una expedición a la búsqueda de Irvine, Mallory y la cámara aunque, a la hora de la verdad, cuando se halló el cadáver de Mallory nadie dijo que la BBC estaba implicada. Ahora vuelvo sólo por la cámara y tengo la ambición de crear un buen documental.

P. ¿Cómo resultó la experiencia de 1999, el hallazgo del cuerpo?

R. Muy excitante, pero no resolvió el auténtico misterio que rodea la ascensión de la pareja en 1924 y disparó muchas teorías.

P. ¿Tiene usted alguna al respecto?

R. Creo que Mallory e Irvine alcanzaron el punto que alcanzó mi tío, a 8.500 metros, trataron de seguir por la vía que luego abriría Messner, pero renunciaron e intentaron descender por las bandas amarillas. Ahí, Mallory resbaló y cayó.

P. ¿Qué espera encontrar en la cámara?

R. Creo que va a ser dificilísimo que la hallemos, porque hay mucha más nieve que en los últimos años. Kodak asegura que no habrá problemas para revelar la película, pero no sé qué habrá dentro. Quizá una foto del segundo escalón, quizá la cima.

P. ¿Qué medios van a emplear?

R. Al margen de tres detectores de metales, confío en la inteligencia de Mark Whatu, un guía que conoce perfectamente la zona y que fue fundamental a la hora de hallar el cuerpo de Mallory.

P. ¿Y si encuentra la cámara? Muchos creen que se harán ricos si se le adelantan.

R. Espero que si alguien la encuentra en mi lugar sepa conservarla fría hasta Katmandú para que no se pierde el carrete. Yo no me haré rico si la encuentro: mi ambición es y ha sido dar a conocer a esos hombres especiales del Renacimiento, perpetuar su memoria.

P. Sabrá usted que un equipo de TVE pretende recrear en imágenes la epopeya de Mallory e Irvine.

R. Sí, por supuesto. En 1990 grabamos un documental parecido, pero estoy muy interesado en el trabajo del equipo español. De hecho, me sorprende comprobar el interés que el Everest y la aventura de Mallory e Irvine han suscitado en España. En Inglaterra apenas se habla de ello, aunque puede que la cosa cambie si aparece la cámara.

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