"Ah, sí, el tío Pepe"

Una alusión del escritor Rafael Cansinos-Assens, en La novela de un literato, a la condición de militar del padre de Isaac Muñoz le sirvió a Amelina Correa para tirar del ovillo y descubrir "increíbles y sorprendentes maravillas", dice. Así pudo saber que el general Muñoz, padre del escritor, era natural de Tendilla (Guadalajara) y que allí tenía una casa blasonada con capilla propia. Hasta ese lugar se encaminó la filóloga y, al sonar de la aldaba, "salió una mujer de mediana edad que, al preguntarle por Isaac Muñoz", cuenta Correa, respondió: "Ah, sí, el tío Pepe". Y es que su nombre complet...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una alusión del escritor Rafael Cansinos-Assens, en La novela de un literato, a la condición de militar del padre de Isaac Muñoz le sirvió a Amelina Correa para tirar del ovillo y descubrir "increíbles y sorprendentes maravillas", dice. Así pudo saber que el general Muñoz, padre del escritor, era natural de Tendilla (Guadalajara) y que allí tenía una casa blasonada con capilla propia. Hasta ese lugar se encaminó la filóloga y, al sonar de la aldaba, "salió una mujer de mediana edad que, al preguntarle por Isaac Muñoz", cuenta Correa, respondió: "Ah, sí, el tío Pepe". Y es que su nombre completo era José Isaac.A partir de ahí todo fue fácil. La cueva de Alí Babá se le abrió a la investigadora. La filóloga espulgó entre las ruinas de la casona, "que se la comían las arañas", y encontró todas las obras de Muñoz delicadamente encuadernadas por el que fuera su hermano. También, "entre las telarañas y el polvo", recuerda, halló un original inédito, La serpiente de Egipto, que Correa ya se encargó de editar en 1997.

Más información
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En