FÚTBOL 33ª jornada de Liga

Un día devastador para Hasselbaink

El holandés falló su primer penalti y sufrió su primera expulsión con el Atlético

Jimmy Hasselbaink, el último héroe del Atlético, al que la afición se agarra para prorrogar su esperanza, vivió ayer su primer día de ruina, no ya colectiva, que de esos ha habido unos cuántos, sino personal, en un partido que resultó devastador para él. Con 1-0 en el marcador, el árbitro señaló penalti en una internada de Solari, cuyo derribo se produjo fuera del área. No hubo dudas sobre quien lanzaría la máxima pena. Cuatro había ejecutado hasta ahora en Liga el holandés y las cuatro acabaron en la red. Pero hubo quinto malo para Hasselbaink, cuyo lanzamiento, raso y fuerte, salió pegado al...

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Jimmy Hasselbaink, el último héroe del Atlético, al que la afición se agarra para prorrogar su esperanza, vivió ayer su primer día de ruina, no ya colectiva, que de esos ha habido unos cuántos, sino personal, en un partido que resultó devastador para él. Con 1-0 en el marcador, el árbitro señaló penalti en una internada de Solari, cuyo derribo se produjo fuera del área. No hubo dudas sobre quien lanzaría la máxima pena. Cuatro había ejecutado hasta ahora en Liga el holandés y las cuatro acabaron en la red. Pero hubo quinto malo para Hasselbaink, cuyo lanzamiento, raso y fuerte, salió pegado al poste derecho de Contreras.La consecuencia de ese lance fue nefasta para el equipo y ruinosa para Hasselbaink. Pero lo peor estaba por llegar. Daba el partido sus últimos coletazos, con empate a dos en el marcador, cuando el delantero rojiblanco porfió con Movilla, que le hizo falta, y desde el suelo lanzó una patada a Larrainzar, sin que hubiera balón por medio. El árbitro le mostró la tarjeta roja directa, la primera desde que llegó al Atlético, y Hasselbaink reventó. En el vestuario se echó a llorar y así le encontraron sus compañeros.

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"Jimmy es quien más me preocupa" declaró Jesús Gil después. "Tanto por cómo le han afectado el penalti fallado y la expulsión como por las consecuencias que pueda tener esta última para el equipo. Le he encontrado deshecho y me ha dicho que la expulsión ha sido injusta, porque en esa acción lo único que ha existido ha sido un resbalón". Sea como fuere, el caso es que el Atlético acudirá la próxima jornada a Valencia sin su máximo goleador, que también lo es del campeonato junto a Catanha y Salva. Pero la estadística reciente demuestra que la ascendencia del holandés sobre el equipo, espectacular durante la mayor parte del torneo, ha descendido de manera alarmante desde que Antic se sienta en el banquillo. 21 goles consiguió hasta la llegada del serbio y dos ha hecho después, ambos sin más trascendencia que la que significa maquillar sendas derrotas, ante el Athletic (1-2) y el Deportivo (4-1).

Esas dos derrotas engordan aún más las estadísticas negativas de Antic desde su vuelta al equipo, sólo rotas por el espectacular 3-0 que le endosaron los suyos al Barcelona en las recientes semifinales de Copa. Siete partidos de Liga ha disputado el conjunto rojiblanco bajo el mando del serbio y aún no sabe lo que es atrapar una victoria. Tres empates y cuatro derrotas afean el regreso de un Antic que ayer apareció con el gesto demudado en la sala de prensa, y que volvió a apelar a los sentimientos religiosos para encontrar algún asidero: "Hoy más que nunca nos ha pesado la situación que vivimos", dijo Antic. "Se han manifestado a lo grande nuestra inseguridad y nuestros nervios. El punto es consecuencia del empuje no del juego. ¿Qué queda? Pues seguir intentándolo y rezar".

Las victoria del Oviedo y de la Real, los empates del Numancia y del Racing... Sólo la derrota del Betis ayudó al Atlético en su lucha por evitar lo que cada día parece más inevitable. "La situación es enormemente complicada, pero quedan cinco partidos y no hay más que luchar. Hoy todo ha sido negativo, porque el penalti fallado y el empate del Málaga acentuaron nuestra desesperación".

Fatalismo sobre el césped

El fatalismo se impuso, según Antic, sobre el césped, y de eso no quiere oír hablar Jesús Gil, que vio el cielo abierto cuando se señaló el penalti y el mismo cielo se le vino encima poco después, cuando Rufete consiguió la momentánea igualada a un gol: "Pasamos de un penalti que pudo ser el 2-0 a un fallo de Gamarra que provocó el empate. No buscamos excusas, estamos en grave peligro pero no vamos a ser fatalistas. Aún no hemos dicho la última palabra".

Pero pese a ese ejercicio de autoconfianza, Gil reconoció lo que suponía el empate de ayer. "Le hemos dado la oportunidad a alguno de que diga que lo del otro día fue humo de verano. Y es cierto que la victoria era importantísima, pero aquí seguiremos, estemos en Primera, en Segunda o en Tercera".

Ahí es donde Joaquín Peiró, técnico del Málaga, no quiere ver al Atlético, "al que considero capacitado" afirmó, "para ganar los cinco partidos que le restan y salvarse. Creo que el empate fue justo, pero tuvimos tan cerca la victoria que el empate sabe a poco. Hemos perdonado y le hemos dado un susto al Atlético. De todos modos, la gente se ha divertido y ha visto que no es fácil ganar al Málaga. Estamos en un gran momento y seguimos aspirando a cotas mayores".

Y sigue el Málaga aspirando, en buena medida, merced a Catanha, que consiguió su gol número 23, se hizo con la camiseta de Hasselbaink, y se sintió triunfador de su particular duelo con el holandés: "Creo que le he ganado" exclamó sonriente Catanha, "pero lo mejor ha sido el comportamiento del equipo. Yo tengo una ilusión personal, que es volver a Madrid para recoger el trofeo al máximo goleador, y espero conseguirlo". Mientras eso afirmaba Catanha, Haseelbaink se alejaba del Calderón a toda velocidad.

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