Michigan alza el título universitario

Los Spartans ganan a Florida la final de la NCAA con la fuerza de Cleaves, que jugó cojo 12 minutos

Michigan State cumplió su promesa, confirmó su calidad de favorito y ayer se proclamó campeón de la Liga universitaria de baloncesto (NCAA) de Estados Unidos por 89 a 76. El equipo joven e inexperto de Florida cayó sin remisión ante la experiencia y solidez de Michigan. El partido giró entorno a Mateen Cleaves, el líder de los Spartans, que se lesionó cuando quedaba más de la mitad de la segunda parte por jugar, tuvo que abandonar la pista y volvió a ella sosteniéndose apenas con un solo pie. Su carácter dio la victoria a Michigan, que prefirió jugar con cuatro a prescindir de Cleaves.Más de 4...

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Michigan State cumplió su promesa, confirmó su calidad de favorito y ayer se proclamó campeón de la Liga universitaria de baloncesto (NCAA) de Estados Unidos por 89 a 76. El equipo joven e inexperto de Florida cayó sin remisión ante la experiencia y solidez de Michigan. El partido giró entorno a Mateen Cleaves, el líder de los Spartans, que se lesionó cuando quedaba más de la mitad de la segunda parte por jugar, tuvo que abandonar la pista y volvió a ella sosteniéndose apenas con un solo pie. Su carácter dio la victoria a Michigan, que prefirió jugar con cuatro a prescindir de Cleaves.Más de 43.000 personas en el RCA Dome de Indianápolis se quedaron sin habla cuando Cleaves cayó lesionado en un choque con un rival. Quedaban 16 minutos de partido y Florida se había puesto a sólo seis puntos, tras salir en tromba del descanso, al que los Spartans llegaron con un relativamente cómodo 43-32.

En ese momento, Cleaves consiguió un balón y se lanzó como un poseso hacia la canasta de los Gators. Le hicieron falta, no escuchó el silbato, siguió corriendo, llegó a la línea de fondo, saltó en una jugada en la que hubo más que fair play con un defensa y al caer su pie derecho se trabó con el del rival. Fue una jugada de fuerza, decisión y rabia que acabó mal. Cleaves había dicho a sus compañeros antes del partido que había que darlo todo en la pista y él acababa de sacrificar su tobillo.

Michigan State se quedaba sin su hombre talismán. No era una experiencia nueva. Lo mismo les pasó durante muchos partidos al principio de la Liga regular, pero Tom Izzo, el joven a la vez que veterano entrenador, ha creado en los Spartans un equipo duro, implacable, sediento de victoria.

Cleaves, que había conseguido 18 puntos, desapareció en los vestuarios y volvió cojeando a la pista cuando quedaban casi 12 minutos de juego. Los verdes de Michigan, ayer de blanco tenían nueve puntos de ventaja. Cleaves se echó de nuevo el equipo a la espalda. Sin apenas poder correr, sin volver a marcar, con su sola presencia, los Spartans se dispararon hasta la veintena de puntos, recortada al final a un holgado 89-76.

Magic y Bird

Fue un partido que trajo recuerdos del otro, y único hasta ayer, campeonato nacional de Michigan State: la victoria de 1979 de un equipo en el que jugaba Magic Johnson frente a un Indiana State con Larry Bird. Aquel choque convirtió a la NCAA en un fenómeno y de aquel partido Johnson y Bird saltaron a la NBA para insuflar nueva vida al baloncesto profesional. Johnson, que ha sido el mentor de Cleaves, estaba en las gradas para celebrar la victoria de su alma mater. Fue él quien convenció al jugador de que siguiera un año más en la Liga universitaria para ganar experiencia.

Es pronto para saber qué puede hacer Cleaves en la NBA. No impresiona físicamente (mide sólo 1,85), no es un gran tirador y, pese a lo visto ayer, no destaca por su capacidad de penetración. Pero tiene el carisma y la capacidad de arrastre de los líderes. Ante Florida, le bastó una sola pierna en la que sostenerse para llevar a su equipo a la victoria.

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