Tribuna:

España a salvo

FRANCESC DE P. BURGUERA

Nunca agradeceremos bastante la victoria por mayoría absoluta del Partido Popular. Estábamos al borde del abismo y no nos dábamos cuenta. Pero el peligro se ha conjurado. No hay que leer a algunos de los sesudos analistas políticos que ejercen en Madrid para enterarse de lo que sucede. César Alonso de los Ríos, sin ir más lejos, nos explica el cómo y el porqué de ese rotundo éxito alcanzado por el PP: "Miles y miles de votantes -muchos procedentes de la militancia de izquierdas- vieron con lucidez el 12 de marzo que España se estaba jugando su futuro como nación ...

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FRANCESC DE P. BURGUERA

Nunca agradeceremos bastante la victoria por mayoría absoluta del Partido Popular. Estábamos al borde del abismo y no nos dábamos cuenta. Pero el peligro se ha conjurado. No hay que leer a algunos de los sesudos analistas políticos que ejercen en Madrid para enterarse de lo que sucede. César Alonso de los Ríos, sin ir más lejos, nos explica el cómo y el porqué de ese rotundo éxito alcanzado por el PP: "Miles y miles de votantes -muchos procedentes de la militancia de izquierdas- vieron con lucidez el 12 de marzo que España se estaba jugando su futuro como nación y que sólo podía conjurarse ese peligro con el fortalecimiento del Partido Popular. Ese ha sido el significado de la mayoría absoluta y de la coherencia territorial del voto, la traducción del espíritu de Ermua, el resultado del cotidiano plebiscito. Los votos han corrido en socorro de la nación española en esta delicadísima hora. Negarlo es tanto como no querer reconocer las voces del pueblo". Reconozcamos, pues, esas voces.

El pasado 12 de marzo, los españoles que votaron al Partido Popular lo hicieron con el noble afán de salvar el futuro de España como nación. ¡Que Dios se lo pague!. Aquellos que no votaron al PP -que por cierto fueron más- son, por lo visto, unos insensatos que, si de ellos dependiese, España se precipitaría por el más horroroso abismo. Y no se le ocurra a nadie decir que analistas como el citado defienden el nacionalismo español, que son "nacionalistas españoles", ¡En absoluto! Ellos son constitucionalistas. "El nacionalismo español no existe". Ya no hay nacionalistas españoles.

Lo que uno no entiende es por qué les da vergüenza que les digan que defienden el nacionalismo español y se ponen hechos unos basiliscos. Si defienden la nación española serán nacionalistas españoles, ¿o no? Sucede, sin embargo, que han demonizado, han desacreditado tanto el término "nacionalismo" o "nacionalista" referido a vascos, catalanes o gallegos, por ejemplo, que lo han convertido en un estigma. Estos o aquellos son "nacionalistas", acostumbran a decir en tono descalificador o peyorativo. Ser nacionalista es lo peor que se puede ser en éste mundo. Y, claro, ¿cómo van a admitir que les califique a ellos de "nacionalistas" aunque sea "nacionalistas españoles", que debería ser lo mejor que se puede ser en éste mundo?

"Los votos al PP han corrido en socorro de la nación española en ésta delicadísima hora". Pero los votantes del PP no son "nacionalistas españoles" por mucho que defiendan a su nación. Los que defienden Cataluña como nación son "nacionalistas catalanes". Mala cosa. Los que defienden España como nación, no son "nacionalistas españoles", son "constitucionalistas". En todo caso estámos de enhorabuena y hay que celebrarlo. Miles y miles de votantes "vieron con lucidez el 12 de marzo que España se estaba jugando su futuro" y corrieron a votar al PP y conjurar el peligro. España, pues, está a salvo. ¿Y los españoles?

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