Cartas al director

EL PAÍS y la campaña electoral

En los últimos días han publicado ustedes varias cartas de lectores que manifiestan su queja por la falta de imparcial mostrada, según ellos, por EL PAÍS durante la campaña electoral. Yo comparto plenamente estas críticas. Como simple ejemplo, el editorial de este diario del día anterior a las elecciones (sábado 11 de marzo) podría perfectamente haber sido el texto de uno de los mítines del PSOE. Otro ejemplo claro de parcialidad es la portada de ese mismo día, centrada únicamente en el PSOE, con foto del abrazo de los candidatos Almunia y Frutos y supuesto escándalo de última hora incluidos.A...

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En los últimos días han publicado ustedes varias cartas de lectores que manifiestan su queja por la falta de imparcial mostrada, según ellos, por EL PAÍS durante la campaña electoral. Yo comparto plenamente estas críticas. Como simple ejemplo, el editorial de este diario del día anterior a las elecciones (sábado 11 de marzo) podría perfectamente haber sido el texto de uno de los mítines del PSOE. Otro ejemplo claro de parcialidad es la portada de ese mismo día, centrada únicamente en el PSOE, con foto del abrazo de los candidatos Almunia y Frutos y supuesto escándalo de última hora incluidos.A esto hay que añadir el hecho de que este diario alabara hasta la saciedad, tanto en sus editoriales como en las columnas de sus colaboradores, el absurdo pacto entre el PSOE e IU. Tras las elecciones y el descalabro del PSOE, una de cuyas principales causas ha sido sin duda dicho pacto, esta alabanza no ha merecido, sorprendentemente, ni un solo comentario por parte de ustedes.

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Yo soy uno de los (probablemente muchos) lectores que compramos y leemos EL PAÍS no por su línea editorial, que frecuentemente no compartimos, sino por la calidad de su información y por el tratamiento que hace de los temas. Leemos, en definitiva, EL PAÍS porque no es como El Mundo, el Abc o la Cope, aunque no estemos de acuerdo con frecuencia con sus opiniones. El problema es que ahora la diferencia entre EL PAÍS y esos otros medios es cada vez menor. Este periódico debería reflexionar y hacer autocrítica. En caso contrario, corre el riesgo de que muchos lectores, entre los que me encuentro, decidan que no merece ya la pena seguir comprándolo.-

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