Cartas al director

Campaña electoral

Le envío esta carta en cuanto que lector asiduo de su periódico desde su fundación. Me he decidido a escribir, simplemente, para preguntarle hasta cuándo piensan ustedes tomarnos el pelo a los ciudadanos y, más aún, a los ciudadanos que nos consideramos progresistas (por pensamiento progresista entiendo el deseo de ver implementadas políticas que, aun respetando la primacía del mercado como medio de creación de riqueza, persigan un crecimiento equilibrado y sostenible, una limitación de las desigualdades económicas y sociales, y una democracia participativa). Lamentablemente, en tiempo de elec...

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Le envío esta carta en cuanto que lector asiduo de su periódico desde su fundación. Me he decidido a escribir, simplemente, para preguntarle hasta cuándo piensan ustedes tomarnos el pelo a los ciudadanos y, más aún, a los ciudadanos que nos consideramos progresistas (por pensamiento progresista entiendo el deseo de ver implementadas políticas que, aun respetando la primacía del mercado como medio de creación de riqueza, persigan un crecimiento equilibrado y sostenible, una limitación de las desigualdades económicas y sociales, y una democracia participativa). Lamentablemente, en tiempo de elecciones me veo tratado como a un deficiente mental al que se propone votar por una determinada opción política como si se tratase de elegir entre el Real Madrid y el CF Barcelona.Pues bien, convencerán ustedes a muchos, pero a mí, no. Su sesgo prosocialista durante la campaña ha sido cuanto menos una pesadez y tener que leer todos los días el sermón de Felipe González, una tomadura de pelo. Yo no voto a un partido simplemente porque me diga que representa a la izquierda. La palabra izquierda per se ni me hace soñar ni sentirme superior a otros ciudadanos que no compartan mi ideología. Independientemente de su indudable cualificación gestora, equivalente a la que ha demostrado la derecha, los representantes de la izquierda actual en España son tan sinvergüenzas como los de la derecha, como demostraron durante más de una década de Gobierno.

La operación de las primarias en el PSOE fue un escándalo, no tanto por la victoria de Borrell, en sí algo positivo, sino por el descaro con que se quitaron a Borrell de encima para volver a colocar a Almunia. El PSOE, por mucho que les duela, no tiene ninguna legitimidad moral para pedir mi voto ni el de nadie que se considere de izquierdas, y no la tendrá hasta que sustituya a toda su cúpula y haga campaña de manera honesta, con un programa serio, distinto del del PP, y enmarcado en torno a unos objetivos a largo plazo respecto a la España que se pretende crear. En España ningún partido político se ha preocupado por proponer una visión de futuro, en la que se contemplen objetivos a largo plazo y corto plazo tanto en política interior como en política exterior como los que se dan en países serios como Alemania o Francia. La esfera pública es, con escasas excepciones, un escenario de declaraciones altisonantes y de manipulación del repertorio simbólico de las izquierdas y las derechas. Todo se reduce a promesas puntuales que se incumplen de la manera más descarada.

Y ustedes, como periódico, han contribuido a perpetuar ese juego, no tanto a través de muchas de sus colaboraciones -razón por la que leo su periódico y no otros- como a través del modo en que presentan las noticias: ¿necesito demostrar el sesgo evidente con el que presentan las noticias en el índice de su edición por Internet? Les rogaría que elevaran el tono del debate político en España, en lugar de contribuir a que la democracia española se parezca cada vez más a la España caciquil anterior a la guerra civil o a una especie de casino, en que tanto las izquierdas como las derechas aspiran al poder simplemente para hacer sus negocietes.- ,

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