Tribuna:

Los 'showmen' del PSC VICENTE VERDÚ

Por la mañana, en La Vanguardia, Loquillo había querido dejar claro que a él no le instrumentalizaba ninguna fuerza política y, si llegaba el caso, cantaría hasta en un mitin de Aznar. A las ocho de la tarde, sin embargo, estaba sobre el escenario del mitin de Almunia: "¿Que por qué estoy aquí? La sangre roja, el corazón a la izquierda. Punto". Y enseguida atacaron los Trogloditas con un bombazo que temblaron los muros del Palau. "Bienvenidos a la fiesta de Sant Jordi -voceaba la megafonía- Bienvenidos a la fiesta de la rosa contra el PP". Repleto de globos amarillos y banderas rojas, de senye...

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Por la mañana, en La Vanguardia, Loquillo había querido dejar claro que a él no le instrumentalizaba ninguna fuerza política y, si llegaba el caso, cantaría hasta en un mitin de Aznar. A las ocho de la tarde, sin embargo, estaba sobre el escenario del mitin de Almunia: "¿Que por qué estoy aquí? La sangre roja, el corazón a la izquierda. Punto". Y enseguida atacaron los Trogloditas con un bombazo que temblaron los muros del Palau. "Bienvenidos a la fiesta de Sant Jordi -voceaba la megafonía- Bienvenidos a la fiesta de la rosa contra el PP". Repleto de globos amarillos y banderas rojas, de senyeras y pancartas, nunca, en toda la campaña del PSOE se vio un espacio más entusiasta y orquestado. "Gana la gente, Almunia presidente", decía un enorme panel, y otros: "Pinochet vota Aznar", "Diumenge, esquerra o dreta", "Catalunya endavant" "Stock options para todos". En Cataluña no se ha empleado el lema de "Lo próximo" y en su lugar se escribe "Per repartir el progrés". Para ilustrar, sin embargo, como no habían repartido bien el progreso los del PP, por las gradas se mostraba la estampa de una gran paella, con gambas, calamares y una langosta, dividida en porciones. La langosta llevaba el nombre de las stock options y algunos granos sueltos del arroz se titulaban "pensionistes", "educació", "sanitat".

Más que nadie el PSC se ha ocupado de hacer un montaje espectacular para recibir al candidato. De Francia llegó un delegado para exclamar "nosotros los socialistas franceses os estamos esperando" y un representante de Italia alegó que no necesitaba hablar en castellano porque los "compañeros" hablan el lenguaje universal de la izquierda que es, de otro lado, el idioma que se hablaba actualmente en Europa. El presidente chileno, Ricardo Lagos; el de Argentina, Fernando de la Rúa, Gerard Schröeder y Antonio Guterres, fotografiados en la pantalla enviaron también muchos abrazos y el Palau pasaba de un ovación a otra. "Oa, oa, oa, Almunia a La Moncloa". Ni un momento los estrategas del PSC dejaron decaer la reunión y los correligionarios llegaban a perder tanto la conciencia de que se encontraba en los rituales de un mitin que a Loquillo, al terminar la cuarta pieza, le pidieron un bis, como si fuera la ocasión de todo. Incluso los guardia civiles de Girona y Lleida que ya han sido sustituidos por los Mossos d´Esquadra hallaron lugar para hacerse notar y desplegaron una sábana que rezaba: "Después de servir fielmente a Catalunya, a los guardias civiles ¡¡nos expulsan!! ¿tú que opinas, Almunia?". Almunia apenas podía dar abasto, pero no perdió la compostura. Ni siquiera se descompuso cuando Joan Clos, desatado, se puso a bailar en primera fila el rock duro de los Trogloditas o lo que fueran. Francamente la gente pareció pasarlo bien. ¿Mucha gente? En las filas se comentaba que con Felipe González, hace cuatro años, había dos o tres veces más. Y aun así, los socialistas perdieron en España. Nunca en Cataluña.

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