Francia dedicará el exceso de ingresos a reducir déficit y bajar impuestos

Los 30.700 millones de francos (767.500 millones de pesetas) de superávit fiscal cosechados en Francia en 1999 van a ser destinados a reducir el déficit presupuestario y a rebajar una serie de impuestos, además de a sufragar las reparaciones de los destrozos provocados por los huracanes de fin de año. Gracias a esos ingresos extraordinarios y a una reducción de los gastos superior a lo previsto, el déficit presupuestario francés quedará reducido en unos 20.000 millones de francos para situarse en torno a los 206.000 millones. Con el margen de maniobra que le da el superávit, el Gobierno de Lio...

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Los 30.700 millones de francos (767.500 millones de pesetas) de superávit fiscal cosechados en Francia en 1999 van a ser destinados a reducir el déficit presupuestario y a rebajar una serie de impuestos, además de a sufragar las reparaciones de los destrozos provocados por los huracanes de fin de año. Gracias a esos ingresos extraordinarios y a una reducción de los gastos superior a lo previsto, el déficit presupuestario francés quedará reducido en unos 20.000 millones de francos para situarse en torno a los 206.000 millones. Con el margen de maniobra que le da el superávit, el Gobierno de Lionel Jospin baraja la idea de reducir e incluso suprimir el impuesto de habitabilidad que grava la ocupación de las viviendas en base a los discutidos valores catastrales. Ese impuesto, considerado generalmente injusto porque no tiene en cuenta los ingresos de los contribuyentes, figura en primer lugar en el listado de medidas a estudiar por la comisión creada al efecto por el Gobierno.

Con la creación de esta comisión, el Ejecutivo de la "mayoría plural" trata de evitar que los fuerzas integradas en el Gobierno presionen en direcciones contrapuestas sobre el destino del dinero. Esa discusión enlaza directamente además con la polémica sobre el reparto social del crecimiento, un asunto políticamente peligroso puesto que puede minar la imagen de cohesión del Ejecutivo.

Paradójicamente, los problemas del gabinete Jospin no provienen de su oposición política, que actúa prácticamente como convidada de piedra, sino del reparto de la abundante riqueza generada por Francia en los últimos tiempos. En el terreno del empleo, por ejemplo, el año 1.999 será clasificado como el mejor de la década. Aunque el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de ese año será inferior al 3,4% de 1998, Francia creó 350.000 empleos a un ritmo sólo comparable al de EE UU, que cuenta con una tasa de crecimiento del PIB muy superior.

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