Tribuna:

La maldición

Todavía estoy temblando ante la maldición que Vicent Franch propinó el miércoles pasado al valencianismo progresista (Bloc), al ecologismo político (Els Verds) y a los canvistes (Valencians pel Canvi). Y es que hay vanidades, antipatías y ambiciones que pueden nublar la razón hasta al reputado politólogo -por cierto, qué repelús me ha dado siempre la palabreja; tanto como la de comunicólogo, que Franch, por suerte, sólo ejerce cuando vela las armas de su cruzada hacia el liderazgo global-.Se refería el profesor al error de antología cometido por el Bloc al no pactar con EU para el Congreso y e...

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Todavía estoy temblando ante la maldición que Vicent Franch propinó el miércoles pasado al valencianismo progresista (Bloc), al ecologismo político (Els Verds) y a los canvistes (Valencians pel Canvi). Y es que hay vanidades, antipatías y ambiciones que pueden nublar la razón hasta al reputado politólogo -por cierto, qué repelús me ha dado siempre la palabreja; tanto como la de comunicólogo, que Franch, por suerte, sólo ejerce cuando vela las armas de su cruzada hacia el liderazgo global-.Se refería el profesor al error de antología cometido por el Bloc al no pactar con EU para el Congreso y el Senado. Leída la fantástica columna, de fantasía, entiendo que le guste compararse con Ortega (el error Berenguer), pero si de errores de antología hablamos, me parece más adecuado compararle con Ricardo de la Cierva y su célebre artículo (Qué error, qué inmenso error) contra el nombramiento de Suárez como presidente de gobierno. Se sumerge Franch en su querida contabilidad electoral para recordar al Bloc que se ha quedado sólo. ¿Cuándo no ha sido así, Vicent? Una sola alianza con la izquierda (estatal) cercana costó un desgarro en el valencianismo político cuando UPV pactó con EU en las autonómicas de 1987. Alianza que defendí y por la que he pasado más de una década aguantándole la monserga del error político que supuso.

Ahora, milagros de la politología fabulosa que Franch practica, el Bloc debería apostar fuerte por un diputado a cambio de tirar por la borda el proyecto emergente. Vaticina el profesor que EU se ha salvado de una cierta débacle gracias al acuerdo con el PSOE. Vicent, seamos serios ¿era la tarea del Bloc salvar a EU del desastre electoral que les augurabas? ¿En qué salones cueces tus fabulosas propuestas al Bloc? Es triste concluir que la columna del miércoles pasado apuesta por estancar el crecimiento electoral del Bloc, el cual, junto a sus aliados, merecía, por sus apoyos sociales y para aliviar la genuflexión sistemática de la gestoría del PSOE ante Ciscar y Almunia, un senador por Valencia para empezar a confiar que algo cambiaba en la izquierda tecnocrática y funcionarial tras el fracaso de la Entesa.

La oferta de ocupar un puesto al Senado por Alicante fue póstuma. Jamás se hizo al Bloc. Sólo se realizó para los medios de comunicación y con nocturnidad. Si se me permite jugar a Franch, diré que en el caso de participar en el acuerdo de las direcciones en Madrid, en las condiciones fijadas por PSOE y EU, el Bloc hubiera perdido hasta la camisa y hubiera arruinado el capital político ganado día a día y la confianza de sus electores. Quizás el politólogo no lo hubiera visto como dice ahora si el Bloc hubiera aceptado sumisamente el papel asignado por otros y hubiera propuesto a Franch para la incierta plaza de senador por Castellón. Per a alçar gats del rabo, nadie como Franch y sus brillantes concurrencias electorales. Ciertamente, Vicent, el Bloc es una opción perturbadora que evita que el sistema valenciano de partidos no sea el de Castilla-La Mancha.

Estas actitudes de sabelotodo con las que el profesor nos sermonea, armado eso sí con una infalible bola de cristal, esconden una realidad más triste. Franch utiliza unos datos, nunca conocidos y la mayoría de las veces poco fiables, para desacreditar una decisión, la del Bloc, que ha estado seriamente analizada. Me hubiera ahorrado escribir esta réplica si nos explicitara sus números y nos convenciera de que sus apuestas son fiables y no como aquella vez en la que dijo que Aznar ganaría las generales de 1993.

El Bloc no juega al regate corto, ni sacrifica su crecimiento lento pero sólido a los caprichos de un pacto a la ligera. El Bloc orienta su política, entre otras cuestiones no tan del agrado de Franch, a hacer posible algunas de las ideas que él había defendido hasta ahora. No entiendo por qué razones, dudo que sean puramente políticas, renuncia a su trayectoria y apuesta por una elección que contradice su discurso político.

Por cierto, Vicent, en Sólo ante el peligro, Gary Cooper lo pasó muy mal pero salvó la camisa. Espero con ansiedad tus próximos, inevitables y aritméticos análisis electorales. No vendría mal que nos regalaras, además de numerería, algún criterio político e ideológico.

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Rafael Xambó es profesor de Sociología en la Universidad de Valencia. Rafael.Xambo@valencia.edu

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