Tres goles desde fuera del áre a El Valencia resuelve al final un partido que estuvo a punto de empatar el Betis

Tres goles de bandera desde fuera del área, sobre todo los dos del Valencia, alegraron un partido mediocre cuyo final resultó inesperado. Apurándose el tiempo, un penalti primero y después un soberbio disparo de Farinós le dieron un triunfo diáfano al Valencia que nadie presagiaba. Porque el Betis estuvo a punto de aprovecharse ayer del estado de ansiedad que vive Cañizares. El Valencia había tenido el partido en el bolsillo en una primera hora paupérrima del Betis, que no sabía aún lo que buscaba. Pero reaccionó Hiddink tras el descanso, mandó más arriba a sus jugadores y desde allí se sacaro...

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Tres goles de bandera desde fuera del área, sobre todo los dos del Valencia, alegraron un partido mediocre cuyo final resultó inesperado. Apurándose el tiempo, un penalti primero y después un soberbio disparo de Farinós le dieron un triunfo diáfano al Valencia que nadie presagiaba. Porque el Betis estuvo a punto de aprovecharse ayer del estado de ansiedad que vive Cañizares. El Valencia había tenido el partido en el bolsillo en una primera hora paupérrima del Betis, que no sabía aún lo que buscaba. Pero reaccionó Hiddink tras el descanso, mandó más arriba a sus jugadores y desde allí se sacaron ese disparo de Filipescu que le dobló las manos a Cañizares. El portero internacional ha perdido la confianza en sí mismo desde que Cúper le devolviera la titularidad sin que Palop hubiera fallado ni una sola vez y se produjeran las consiguientes protestas del público, que ayer volvió a meterse con Cañizares. Pero después Farinós, tras su magnífico gol, corrió a abrazarse a Cañizares y lo redimió de su grave error.Fiel a la marca de Cúper, el Valencia marcó pronto y quiso guardar el golito como oro en paño, ante el aburrimiento generalizado de la grada que, ante el pobre espectáculo, cada vez acude menos a Mestalla. Eso, pese a que el rival de turno era un Betis muy debilucho que acusaba en su esqueleto el abrupto cambio en el banquillo. La fragilidad en la zaga bética permitió ponerse por delante en el marcador al Valencia, que si no remató el choque fue por falta de puntería y de ganas, por partes iguales.

VALENCIA 3 BETIS 1

Valencia: Cañizares; Angloma, Djukic, Pellegrino, Carboni; Mendieta, Milla (Farinós, m. 66), Gerard, Kili González; Ilie (Björklund, m. 90) y Sánchez (Piojo López, m. 66)Betis: Prats; Otero, Bornes, Crosa, Filipescu; Cañas (Benjamín, m. 46), Merino, Karhan, Denilson (Gálvez, m. 65); Alfonso y Oli. Goles: 1-0. M. 2. Ilie, de gran disparo desde fuera del área. 1-1. M. 60. Filipescu lanza un fuerte disparo por alto que Cañizares toca con las manos, pero se le va el balón hacia arriba y atrás, y entra en la portería. 2-1. M. 81. Penalti a Gerard que transforma Mendieta. 3-1. M. 83. Gran tiro cruzado de Farinós desde el borde del área. Árbitro: Díaz Vega. Mostró tarjeta amarilla a Gerard y Otero. Unos 40.000 espectadores en Mestalla.

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El comienzo, sin embargo, había anunciado otra cosa. Ausente el "Piojo" por sus desaveniencias con Cúper, Ilie ha vuelto a ser el extraordinario delantero que se le supone. Un tipo frío y calculador que hace buen uso de su desbordante talento. Con ese latigazo desde el borde del área que batió a Prats, acabó Ilie con ese infame registro de seis partidos sin marcar por parte de todos los delanteros valencianistas de la plantilla.

El Betis dio muestras de estar tiritando desde el mismo momento en que sus dos centrales y su portero no se entendían ni a tiros, que fue en el minuto inicial. La novedad de Hiddink era Cañas, pero el experimento le duró poco: lo cambió por Benjamín en el descanso.Todo el caudal ofensivo del Betis se concentró en los córners, donde sus jugadores se imponían por arriba a los del Valencia. Mendieta y Angloma dispusieron de una autopista por su carril derecho y por allí entraron quizá en exceso (el equipo se escoró demasiado por ese lado) ante la presencia testimonial de Denilson, que trataba sin éxito de achicar el agua. En estos dos jugadores se resumía lo que era el partido: Denilson defendía como podía (mal) y Angloma atacaba como suele (con profusión y poderío).

En la ligera mejora valencianista de las dos últimas citas se adivina como decisiva la presencia de Milla, que le da mucho aplomo al centro del campo: sabe cuando parar y cuando acelerar, cuando entrar o cuando acompañar.

En medio de la mediocridad del conjunto andaluz, sólo Alfonso insinuaba una acción luminosa cada vez que tomaba posesión del balón. En cuanto a Denilson, en la línea descendente que apenas si ha dejado desde que llegó a España.

El único con un poquito de frescura en el Valencia es Ilie, mientras Mendieta comieza a notar la saturación de partidos. La tristeza ganaba metros en Mestalla cuando el Piojo López y Farinós salieron a calentar. Se entendía la esperanza de la hinchada. Son dos jugadores con capacidad para improvisar y romper el anodino guión que se veía. La sorpresa llegó de otra manera muy distinta: Filipescu disparó desde unos 25 metros, alto, fuerte y por el centro, suficiente para doblarle las manos a Cañizares, quien o no vio cómo le venía el disparo o se confío en exceso. El fallo fue clamoroso y refleja muy bien el estado de ansiedad en el que está el jugador tras regresar al equipo. El Piojo salió al campo con una motivación extrema y su presencia espoleó al Valencia, que en los minutos finales acabó con el Betis de un plumazo.

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