Dos jóvenes magrebíes viajan de Tánger a Madrid ocultos en un hueco del circuito de aire de un autocar

Dos jóvenes magrebíes de 17 y 24 años viajaron ayer entre Tánger y Madrid (1.000 kilómetros) escondidos en el compartimiento del circuito del aire de un autocar de la empresa Enatcar. Los polizones soportaron durante más de 13 horas temperaturas por debajo de cero grados en un inhóspito hueco de un metro cuadrado. Ayer llegaron a las nueve de la mañana a la estación Sur de autobuses, pero no pudieron salir, ya que la compuerta estaba atascada. Al final se delataron golpeando la trampilla. El conductor avisó a la policía, que rescató y detuvo a los inmigrantes.

El autocar de la marca Sca...

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Dos jóvenes magrebíes de 17 y 24 años viajaron ayer entre Tánger y Madrid (1.000 kilómetros) escondidos en el compartimiento del circuito del aire de un autocar de la empresa Enatcar. Los polizones soportaron durante más de 13 horas temperaturas por debajo de cero grados en un inhóspito hueco de un metro cuadrado. Ayer llegaron a las nueve de la mañana a la estación Sur de autobuses, pero no pudieron salir, ya que la compuerta estaba atascada. Al final se delataron golpeando la trampilla. El conductor avisó a la policía, que rescató y detuvo a los inmigrantes.

El autocar de la marca Scania que utilizaron los dos polizones cubre cada dos días el trayecto entre Casablanca (Marruecos) y Madrid. Los conductores Francisco Martín y Francisco Peña, ambos vecinos de Alcalá de Henares, se alternan al volante durante el viaje desde hace cuatro años. "Es habitual que se cuelen chicos por debajo del autocar en el compartimiento del aire acondicionado. La policía de Marruecos sabe ya sus tretas y siempre los descubre antes de pasar la frontera de España", dijo Martín.Esta vez, los polizones consiguieron burlar a los agentes al utilizar como escondite un lugar tan peligroso como el compartimiento del filtro del aire, donde además está la rejilla de ventilación y un manguito del radiador. "Ha sido un milagro que resistiesen más de 13 horas en ese lugar, porque la temperatura en el viaje es inferior a los cero grados", dijo uno de los conductores, que ya notó algo extraño en la ruta. "El aire caliente no funcionaba bien, pero no le di importancia", recordaba el chófer.

Golpes

El autocar de Enatcar llegó a las ocho de la mañana a la estación Sur de autobuses. Una hora después llevaron a lavar el vehículo a las cocheras de la empresa Juliá, en Vallecas Villa. "Estábamos esperando en el túnel de lavado cuando escuché que alguien aporreaba la portezuela", recuerda Martín. "Procedían del lateral izquierdo, donde está el filtro del aire. Enseguida supe que eran polizones y avisamos a la policía, que nos pidió que no abriéramos hasta que no llegasen los agentes".

"Fue una sorpresa ver a dos chicos frente a frente. Uno de los muchachos estaba recostado con las piernas flexionadas, y el otro, acurrucado en la posición contraria", agregó el conductor. Parecían dos contorsionistas. Al salir del agujero andaban con dificultad. "Llevaban ropa sucia como si fuesen mecánicos, pero al salir ni se quejaban ni decían nada", explicó.

Los polizones estaban indocumentados y no hablaban español. A lo largo del trayecto no comieron nada, ya que no se hallaron restos de alimentos en el habitáculo. "No entiendo cómo han podido soportar el frío que ha hecho esta noche teniendo en cuenta que iban en un espacio por donde pasa continuamente un aire frío con una velocidad media de 100 kilómetros por hora. Era como para congelarse", agregó Francisco.

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Los policías aseguran que abrieron la puerta del filtro del aire con una llave Allen, conocida como cuadradillo. Uno de los jóvenes marroquíes llevaba la herramienta en un bolsillo. "Ese utensilio sirve para abrir la trampilla desde fuera, pero desde dentro del compartimiento no se puede hacer", explicó otro empleado de la empresa Enatcar.

Los inmigrantes fueron trasladados a la Brigada Provincial de Documentación y Extranjería. La policía debe ahora confirmar su edad y el lugar de procedencia. Además incoará un expediente de expulsión, que muchas veces no se resuelve debido a que los inmigrantes se niegan a aportar datos que faciliten la devolución a su país.

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