Tribuna:

Campaña

JUANJO GARCÍA DEL MORAL El acto formal de convocatoria de las elecciones generales se produjo ayer, aunque hace ya bastante tiempo que la fecha estaba decidida. Y a pesar de que formalmente la campaña electoral no empezará hasta el día 25 de febrero, lo cierto es que ya estamos inmersos en ella. Partidos y gobiernos trabajan desde hace semanas en clave electoral y en el tiempo que resta hasta la cita con las urnas nos van a someter a un bombardeo propagandístico constante. Nuevamente se producirán acusaciones cruzadas, se sacarán nuevos trapos sucios, se registrarán recursos ante las juntas el...

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JUANJO GARCÍA DEL MORAL El acto formal de convocatoria de las elecciones generales se produjo ayer, aunque hace ya bastante tiempo que la fecha estaba decidida. Y a pesar de que formalmente la campaña electoral no empezará hasta el día 25 de febrero, lo cierto es que ya estamos inmersos en ella. Partidos y gobiernos trabajan desde hace semanas en clave electoral y en el tiempo que resta hasta la cita con las urnas nos van a someter a un bombardeo propagandístico constante. Nuevamente se producirán acusaciones cruzadas, se sacarán nuevos trapos sucios, se registrarán recursos ante las juntas electorales... Es el ritual de cada cita electoral, del que forman parte las llamadas campañas institucionales, esas que teóricamente deberían estar destinadas únicamente a cuestiones como la incentivación del voto o la información a los ciudadanos pero que los gobiernos aprovechan -por lo general de forma bastante indecente- para arrimar el ascua a su sardina y presentar toda una panoplia de logros y promesas destinadas a engatusar y convencer al ciudadano. Los periódicos han publicado estos días una de esas campañas, promovida por el Ministerio de Fomento. Dos páginas a todo color para informar al incauto ciudadano sobre los nueve billones de pesetas que -según asegura la publicidad- destinará a la construcción de infraestructuras en los próximos ocho años. Entre ellas, el aeropuerto de Madrid "del siglo XXI". Eso sí, no menciona para nada el Barajas del siglo XX, que encabeza la clasificación europea de retrasos aéreos. El mismo ministerio se guardará muy mucho de dar a conocer su opción de trazado para el tren de alta velocidad entre Valencia y Madrid, no sea que al apostar por una de las seis variantes propuestas pierda los votos de los partidarios de las cinco restantes. Normal. Desde hoy, teóricamente, ese agit-prop institucional está prohibido por la ley. Pero no se preocupen, seguro que encuentran la manera de sacar provecho de cualquier argumento para hacer campaña electoral. Uno ya está cantado: la inauguración del desvío ferroviario de Castellón se producirá en plena campaña, a pesar de que hace ya unos días que está listo. Y ya verán como echan mano hasta de los aerolitos.

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