Una colombiana muere apuñalada tras discutir con un hombre ebrio con el que se negó a bailar

Una mujer, María Fernanda D. J., de 33 años y nacida en Palmira Valle (Colombia), murió ayer tras una puñalada en el corazón. La víctima discutió con un cliente de un bar de salsa y merengue del distrito de Usera después de negarse a bailar con él porque se encontraba ebrio, según la Jefatura Superior de Policía. Los guardas de seguridad afirman que sacaron a la pareja del local, pero la disputa continuó fuera, donde el agresor esgrimió un cuchillo y apuñaló a María Fernanda en el tórax. La policía cree, en cambio, que el crimen ocurrió dentro del establecimiento.

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Una mujer, María Fernanda D. J., de 33 años y nacida en Palmira Valle (Colombia), murió ayer tras una puñalada en el corazón. La víctima discutió con un cliente de un bar de salsa y merengue del distrito de Usera después de negarse a bailar con él porque se encontraba ebrio, según la Jefatura Superior de Policía. Los guardas de seguridad afirman que sacaron a la pareja del local, pero la disputa continuó fuera, donde el agresor esgrimió un cuchillo y apuñaló a María Fernanda en el tórax. La policía cree, en cambio, que el crimen ocurrió dentro del establecimiento.

Los hechos ocurrieron en el interior del pub Salsarengue, en la avenida de Córdoba, número 10, alrededor de las ocho menos cuarto de la mañana. Según el encargado del bar, Edgar Peña, el establecimiento se encontraba lleno de gente que había acudido a este local, que abre los fines de semana a las seis de la mañana.Según la versión policial, un cliente del bar, cuya identidad se desconocía anoche, invitó a bailar a María Fernanda. Debido al evidente estado de embriaguez del hombre, ella se negó y mantuvo su actitud, a pesar de la insistencia de él. Poco después, el atacante, también colombiano, sacó un cuchillo y atacó a María Fernanda y a una amiga que la acompañaba, Shiley O. C., de 19 años. La primera recibió una puñalada en el abdomen, que le alcanzó el corazón, mientras que la segunda resultó herida en el cuello. "Era gente a la que ya habíamos visto en otras ocasiones que habían venido. Sobre todo, las más conocidas eran las dos mujeres. Solían estar solas. Yo creo que es la primera vez que venía el hombre", señaló ayer un empleado.

Los dueños del local explicaron ayer que la agresión se había producido fuera del bar. Los guardas de seguridad vieron cómo los tres clientes comenzaban una discusión, por lo que les expulsaron fuera del local para que no molestaran al resto de la clientela. "Es lo que hacemos siempre", comentaron. Ya en la calle, los tres siguieron con la discusión. En un principio se marcharon hacia una parada de autobuses que hay a unos 25 metros, pero luego regresaron a la puerta del Salsarengue. Entonces, el hombre (de estatura mediana y con la tez morena, según la descripción de los dueños del bar) sacó un cuchillo y apuñaló a las dos mujeres. "Cuando los guardas de seguridad se dieron cuenta, ya se había marchado. Entonces pararon un taxi y ayudaron a las mujeres a montarse. No sabían que una de ellas estaba tan grave", según comentó un trabajador del bar.

El agresor se escapó a la carrera del lugar. Las dos mujeres se marcharon en el taxi al hospital Doce de Octubre, que se encuentra a unos 500 metros de donde ocurrió la reyerta.

La amiga, grave

María Fernanda fue intervenida quirúrgicamente para intentar salvarle la vida. Falleció a las 12.55, según la Jefatura Superior de Policía. Su amiga se encontraba ayer en la unidad de cuidados intensivos de politraumatizados.

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María Fernanda, cuya identidad no está aún plenamente confirmada, llevaba en su bolso unas tarjetas de propaganda de una peluquería, por lo que la policía baraja la posibilidad de que estuviera empleada en ese establecimiento.

El servicio de urgencias del Doce de Octubre avisó a la policía, que mandó a agentes del grupo de Homicidios al local. A su llegada, los empleados negaron que se hubiese producido una reyerta. Los agentes vieron, según la versión policial, un cubo con agua y una fregona con la que se había intentado hacer desaparecer la sangre. Aún quedaban restos en el suelo y en un lavabo, así como un reguero desde la puerta hasta la calzada.

El local fue abierto hace unos dos años. Ha recibido numerosas denuncias de los propietarios de pisos más próximos de la avenida de Córdoba, número 10. Éstos se quejaban de que el ruido y la música del Salsarengue no les dejaban dormir. El bar estuvo clausurado siete meses por carecer de una licencia municipal, según el dueño, Francisco Peña. Tras insonorizarlo, el Salsarengue llevaba abierto cinco meses. "Nunca hemos tenido problemas. La policía ha hecho varios registros y nunca ha encontrado nada de droga ni similares", señaló un trabajador del bar. En la planta superior del local vive el encargado, Edgar Peña.

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