Tribuna:

Pajarraco

JUANJO GARCÍA DEL MORAL Ahora se explica la tardanza. Era difícil cuadrar el asunto para justificar lo injustificable y los técnicos han necesitado más tiempo del previsto para que les salieran los números. Los que acompañan las propuestas de trazados del tren de alta velocidad del "Corredor de Levante" (sic) presentados la pasada semana por el Ministerio de Fomento parecen haber sido hechos al revés: en lugar de empezar por una propuesta de recorrido para calcular sus costes y las distancias que suponen, que, junto a la orografía, condicionan los tiempos y, en función de éstos, estimar la dem...

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JUANJO GARCÍA DEL MORAL Ahora se explica la tardanza. Era difícil cuadrar el asunto para justificar lo injustificable y los técnicos han necesitado más tiempo del previsto para que les salieran los números. Los que acompañan las propuestas de trazados del tren de alta velocidad del "Corredor de Levante" (sic) presentados la pasada semana por el Ministerio de Fomento parecen haber sido hechos al revés: en lugar de empezar por una propuesta de recorrido para calcular sus costes y las distancias que suponen, que, junto a la orografía, condicionan los tiempos y, en función de éstos, estimar la demanda de viajeros, seguramente han empezado por el final. Póngase un tiempo, basado en una velocidad increíble y se obtendrá una demanda ad hoc, aunque no tenga nada que ver con la realidad. Así cualquiera. Pero alguien tendrá que explicar cómo se alcanzan las medias de velocidad de 270 kilómetros por hora necesarias para cubrir los trayectos en los tiempos estimados por Fomento. Y más si esas velocidades de vértigo se calculan para trazados que el propio ministerio reconoce que en parte no serán de alta velocidad sino de velocidad alta, que parecen la misma cosa pero no lo son.

Lo decía el otro día en estas páginas el compañero Federico Simón: los 100 minutos de duración máxima del viaje hasta Valencia y Alicante que defiende el presidente de la Generalitat sólo son posibles, en el caso del primer destino, con la opción más directa, la que pasa por Cuenca. Con todas las demás, el futuro AVE tendría que correr muchísimo más de lo que lo hacen los trenes actuales. A lo mejor, con lo de los 100 minutos Zaplana estaba indicando su preferencia por ese trazado. Pero, por lo que dijo ayer -quiere consultar con partidos políticos, agentes sociales y representantes de la sociedad civil para fijar una posición de consenso-, parece que al presidente no le han gustado demasiado las propuestas del ministerio. Como no han gustado a uno de los impulsores del proyecto, el empresario Federico Félix, ni a los profesionales integrados en el Foro Cívico, que parecen estar más bien del lado del presidente de Castilla-La Mancha, para quien lo de Fomento no es un AVE, sino un "pajarraco".

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