El Deportivo mira por el retrovisor

Se dispara el Deportivo. Sólido atrás y mortal adelante, el equipo de Javier Irureta camina con paso firme. Por si acaso en Riazor ahuyentan los fantasmas de 1994, cuando Djukic... Con su laboriosa victoria ante un gran Celta ha abierto un boquete en la cabeza de una Liga salpicada por la mediocridad de las dos superpotencias. Madrid y Barça no convencen ni cuando ganan. No habían vencido los dos equipos en una misma jornada desde hace cuatro meses. Ambos viven en un permanente estado de ansiedad: dudas en los despachos, en los banquillos, en los vestuarios, en las gradas. Del Bosque ensalza a...

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Se dispara el Deportivo. Sólido atrás y mortal adelante, el equipo de Javier Irureta camina con paso firme. Por si acaso en Riazor ahuyentan los fantasmas de 1994, cuando Djukic... Con su laboriosa victoria ante un gran Celta ha abierto un boquete en la cabeza de una Liga salpicada por la mediocridad de las dos superpotencias. Madrid y Barça no convencen ni cuando ganan. No habían vencido los dos equipos en una misma jornada desde hace cuatro meses. Ambos viven en un permanente estado de ansiedad: dudas en los despachos, en los banquillos, en los vestuarios, en las gradas. Del Bosque ensalza a Helguera como interior y horas después le deja en el banquillo en beneficio de un debutante (Ognjenovic); Chamartín la toma con Guti; Anelka anda de ejercicios espirituales; y Sanz quiere una nueva jerarquía técnica. A Núñez le fecunda una plataforma de empresarios de alto rango; Van Gaal se encara con sus gemelos otrora preferidos y descuida a su gran capitán (Guardiola); y el Camp Nou abuchea a su balón (Rivaldo). Con esta radiografía ni siquiera sus pírricas victorias ante Espanyol (2-1) y Atlético (2-1) auguran grandes vuelos. Ayer, un Barça pálido tumbó a un Atlético a la deriva. Lo hizo a última hora y de rebote, con gol de Zenden que golpeó el hombro de Ayala y se elevó sobre Molina. Una carambola que devuelve a los azulgrana a la zona de Liga de Campeones. Los rojiblancos jugaron a la altura de su clasificación: coquetean en la cola. Gil habla de "sabotaje" y José Mari flirtea con Italia. Para consuelo colchonero el Sevilla sigue estrangulado en el farolillo rojo (cayó 4-2 en el Carlos Tartiere). Y para alivio del sevillismo, Marcos, su técnico, hizo jugar a Otero -que se dejó birlar un gol increíble- y tuvo en el banquillo a Zalayeta, dos de los uruguayos que pasaron unas horas en comisaría por una gresca en un pub.Pese a tanto disparate, al margen de la efervescencia gallega, la Liga tiene en el podio al Numancia, toda una gesta de Goikoetxea y sus muchachos, 8º tras ganar al Racing (2-1). Prueba evidente de que el fútbol es un estado de ánimo. Y en Soria faltan millones, pero se derrocha amor propio. Tanto como en el Rayo, superado por un Valencia (3-1), ya en el callejón que conduce a Europa, pero que ayer perdió a Albelda por una grave lesión. De la frontera europea se aleja el Mallorca -derrotado por el Betis (1-0), con el sexto gol de Finidi en casa- tras 12 partidos oficiales sin perder. Quien no se apea de la cima es el Zaragoza, que arañó un punto en San Mamés.

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