El pueblo kurdo recibe el Premio Internacional Alfonso Comín por la defensa de su identidad

Osman Baydemin, presidente de la sección de Dyarbakin de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía, recibió ayer como representante de la causa del pueblo kurdo el Premio Internacional Alfonso Comín 1999, otorgado en reconocimiento al "trabajo meritorio y sacrificado en favor de los derechos humanos de la minoría kurda en Turquía". María Luisa Oliveres, presidenta de la Fundación Alfonso Comín, reconoció que el premio fue concedido por unanimidad al pueblo kurdo, que "en la lucha por sus derechos ha soportado deportaciones, asesinatos, torturas e intentos repetidos de destruir su identi...

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Osman Baydemin, presidente de la sección de Dyarbakin de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía, recibió ayer como representante de la causa del pueblo kurdo el Premio Internacional Alfonso Comín 1999, otorgado en reconocimiento al "trabajo meritorio y sacrificado en favor de los derechos humanos de la minoría kurda en Turquía". María Luisa Oliveres, presidenta de la Fundación Alfonso Comín, reconoció que el premio fue concedido por unanimidad al pueblo kurdo, que "en la lucha por sus derechos ha soportado deportaciones, asesinatos, torturas e intentos repetidos de destruir su identidad colectiva".Joaquín Sampere, vicepresidente de la fundación, señaló que el pueblo kurdo, que está formado actualmente por entre 25 y 40 millones de personas, ha sido víctima de la represión de los cuatro Estados en los que se asienta: Turquía, Irán, Irak y Siria. Turquía es el país en el que más kurdos residen, unos 20 millones, y el que ha llevado a cabo "una represión más sistemática". Baydemin se mostró muy satisfecho por el premio recibido y explicó que su asociación pretende dotar de "justicia, libertad, democracia y paz al pueblo kurdo" y que para ello es indispensable "la solidaridad y la colaboración". Baydemin denunció que actualmente "los kurdos están excluidos de la estructura constitucional y política de Turquía" y que desde 1980, cuando se produjo el golpe militar que instauró el régimen actual, han muerto más de 40.000 personas y han desaparecido más de 500, unas 3.600 aldeas kurdas han sido evacuadas, 3,5 millones de kurdos han sido desplazados y 60.000 más, en su mayoría agricultores, han sido obligados a participar en la guerra como guardias locales. También denunció que su asociación sufre desde su creación, en 1984, una fuerte presión y que desde entonces 14 de sus miembros han sido asesinados y 10 secciones locales permanecen cerradas.

Sampere denunció que tanto Europa como EE UU han hecho oídos sordos a la situación del pueblo kurdo y señaló que, a pesar de las intenciones de Turquía de formar parte de la UE, no se ha exigido el reconocimiento de los derechos del pueblo kurdo. En este sentido, Baydemin invitó a "todas las fuerzas democráticas a trabajar por el restablecimiento de la paz en Turquía" y explicó que si el Gobierno turco buscara la paz, sería fácil llegar a una situación democrática.

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