Cartas al director

Reconocimiento

El pasado 20 de octubre apareció en EL PAÍS la noticia de la defunción en México del catedrático de Filología Ramón Álvarez-Buylla Aldama, relevante personalidad de la ciencia española en el exilio. Al referirse la nota a la familia del fallecido da una información algo imprecisa al decir que "era hijo de un funcionario republicano fusilado a comienzos de la guerra civil por no haberse sumado al alzamiento militar". Esto es cierto, pero nos parece de interés añadir que el funcionario se llamaba Arturo Álvarez-Buylla Godina, capitán de artillería y aviador militar, alto comisario de España en M...

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El pasado 20 de octubre apareció en EL PAÍS la noticia de la defunción en México del catedrático de Filología Ramón Álvarez-Buylla Aldama, relevante personalidad de la ciencia española en el exilio. Al referirse la nota a la familia del fallecido da una información algo imprecisa al decir que "era hijo de un funcionario republicano fusilado a comienzos de la guerra civil por no haberse sumado al alzamiento militar". Esto es cierto, pero nos parece de interés añadir que el funcionario se llamaba Arturo Álvarez-Buylla Godina, capitán de artillería y aviador militar, alto comisario de España en Marruecos en funciones (sede en Tetuán), leal a la República y que, junto a un grupo de oficiales también leales, hizo frente a los sublevados (en África el golpe fue el 17 de julio a las cinco de la tarde) hasta la mañana del 18, en que optaron por rendirse ante la abrumadora superioridad de las fuerzas que les rodeaban, Legión y Regulares. Poco después murieron fusilados, igual que ocurrió a los también leales a la Constitución general Romerales en Melilla, comandantes Seco y Ferrer, capitanes Rotger y López Fernández y al jefe del aeródromo de Sania-Ramel (Tetuán), comandante De la Puente Bahamonde, primo de Franco.Es decir, también en África, al igual que en el resto de las provincias donde el golpe criminal triunfó el mismo 18 de julio, fue preceptivo que los insurrectos asesinasen a los mandos naturales del Ejército. Sirvan estas líneas de reconocimiento y recuerdo ante tanta amnesia para quienes como Arturo Álvarez-Buylla no tuvieron dudas a la hora de defender la legitimidad republicana y también para reivindicar la memoria del entonces presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, de quien se ha dicho gratuitamente, desde la izquierda, que no supo poner a los militares leales al frente de los cargos de responsabilidad. ¿Cabe mayor lealtal?- presidente de Izquierda Republicana.

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