Esteller sale victorioso del Palau

El de ayer fue, sin duda, el partido de Roger Esteller. El ex azulgrana regresaba al Palau con la camiseta del Tau, después de abandonarlo por la puerta trasera en el verano. Y para él fue la ovación más larga y sentida de la tarde, cuando, a 30 segundos para el final, con la victoria en el bolsillo del Tau (74-85), su técnico, Salva Maldonado, lo sentó. El Palau tronó entonces como lo había hecho en la presentación y como lo hizo después, con Esteller en medio de la pista, una vez finalizado el encuentro. Antes, había recibido el saludo frío de su ex entrenador. "Ni en mis sueños más dulces, ...

El de ayer fue, sin duda, el partido de Roger Esteller. El ex azulgrana regresaba al Palau con la camiseta del Tau, después de abandonarlo por la puerta trasera en el verano. Y para él fue la ovación más larga y sentida de la tarde, cuando, a 30 segundos para el final, con la victoria en el bolsillo del Tau (74-85), su técnico, Salva Maldonado, lo sentó. El Palau tronó entonces como lo había hecho en la presentación y como lo hizo después, con Esteller en medio de la pista, una vez finalizado el encuentro. Antes, había recibido el saludo frío de su ex entrenador. "Ni en mis sueños más dulces, lo hubiera imaginado", acertó a decir el alero emocionado. Fue, junto a su actuación (14 puntos) y la de su compañero Foirest (20 puntos), lo mejor de un choque teñido de gris y carente de tensión.Dos únicos puntos (35-37) se llevó como exigua renta el Tau al descanso. No merecía mucho más. Los de Vitoria no supieron aprovechar las evidentes lagunas de juego azulgrana. Y es que, si una cosa quedó clara fue que, cuando el Barça no funciona bien en defensa, los partidos se le atragantan de mala manera ya que su ataque carece de garantías. Y eso fue lo que le pasó durante los 20 primeros minutos. El Tau, liderado por Foirest, acertó a desbaratar con relativa facilidad las diferentes defensas planteadas por Aíto. Ni la zona 1-3-1 ni la 2-3 impidieron que los victorianos dominaran con preferencia en el marcador.

En la segunda parte, el Barça cedió el rebote, los pívots se mostraron inoperantes (la ausencia de Rentzias se nota sobremanera) y el perímetro desapareció. Fue entonces cuando los de Salva Maldonado pusieron la puntilla.