Cartas al director

Nadie me ayudó

El sábado 16, pasando por el hall del metro de Sol un poco antes de la una de la madrugada, un grupo de chicos y chicas de unos 20 años se metió conmigo y, sin mediar palabra con ellos, antes de que me diera cuenta, me habían tirado al suelo y comenzado a dar patadas en la cara y el cuerpo.No sé lo que duró aquello.

Sólo sé que nadie me ayudó, a pesar de estar abarrotado este metro un sábado por la noche, y tampoco acudió en mi ayuda ningún vigilante. Cuando estos sádicos dejaron de divertirse conmigo, unas chicas me ayudaron a levantarme y me estuvieron calmando hasta que me dec...

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El sábado 16, pasando por el hall del metro de Sol un poco antes de la una de la madrugada, un grupo de chicos y chicas de unos 20 años se metió conmigo y, sin mediar palabra con ellos, antes de que me diera cuenta, me habían tirado al suelo y comenzado a dar patadas en la cara y el cuerpo.No sé lo que duró aquello.

Sólo sé que nadie me ayudó, a pesar de estar abarrotado este metro un sábado por la noche, y tampoco acudió en mi ayuda ningún vigilante. Cuando estos sádicos dejaron de divertirse conmigo, unas chicas me ayudaron a levantarme y me estuvieron calmando hasta que me decidí a ir a buscar a la pareja de guardas jurados, que encontré charlando en la entrada, junto a las taquillas.

Mientras esperaba al Samur, el personal del metro me hizo ver la suerte que había tenido (aunque me dolía todo mi cuerpo y tenía un pómulo que se me salía de la cara), ya que, por lo visto anteriormente, otro grupo que suponían que era el mismo había atacado a una señora, provocándole un derrame.

Este domingo me he enterado de que el día anterior, o sea, el siguiente sábado al de mi agresión, le había ocurrido lo mismo a otra chica, a las once de la noche, también en el hall del metro de Sol.

En fin, antes de que esto se convierta en un deporte nacional, me gustaría alertar a las autoridades pertinentes para que se animen a investigar lo que está sucediendo (no tiene nada que ver con tribus urbanas, ni yo soy de ninguna ni ellos parecían serlo) y, cuando menos, prevenir al resto de la gente de esta ciudad por si tiene previsto pasar por Sol la noche de este sábado.

Me abstengo de opinar sobre la insolidaridad de la gente y la ignorancia de demasiados padres que no se enteran de que están criando monstruos.-

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