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Sanz abre consultas en Noruega sobre la sustitución de John Toshack

Una semana después de afirmar con rotundidad que Toshack acabaría la temporada, tan sólo siete días después, Lorenzo Sanz, el presidente del Madrid, ya no lo tiene tan claro. Casi al contrario, empieza a pensar que el galés no llega a navidades, tal vez ni a la semana que viene. De momento, y mientras el club blanco busca sustitutos, Sanz se dedica a reflexionar y abre el turno de consultas. Hace un par de semanas, tras el choque en Oporto, el presidente asomó sus primeras dudas; ayer enseñó cara de resignación ante lo que se insinúa inevitable. Toshack está solo.

Durante el viaje que l...

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Una semana después de afirmar con rotundidad que Toshack acabaría la temporada, tan sólo siete días después, Lorenzo Sanz, el presidente del Madrid, ya no lo tiene tan claro. Casi al contrario, empieza a pensar que el galés no llega a navidades, tal vez ni a la semana que viene. De momento, y mientras el club blanco busca sustitutos, Sanz se dedica a reflexionar y abre el turno de consultas. Hace un par de semanas, tras el choque en Oporto, el presidente asomó sus primeras dudas; ayer enseñó cara de resignación ante lo que se insinúa inevitable. Toshack está solo.

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Durante el viaje que llevó al Real Madrid a Molde, la ciudad noruega donde mañana cerrará la primera fase de la Liga de Campeones, Lorenzo Sanz se mostró distante con John Toshack. Antes, en la Ciudad Deportiva, el presidente, que acudió para tratarse un menisco, descartó un diálogo con el entrenador. "Tengo un viaje de cinco horas para hablar con él", indicó. Pero la realidad es que luego apenas hablaron. Ambos desviaron las miradas cuando se cruzaron en la sala de facturación, se dedicaron a hablar simplemente del tiempo y de golf en el autobús que les condujo hasta el avión, y casi ni se cruzaron palabra durante el vuelo.Ya en Molde, Sanz, que aún no había dado su opinión sobre el desastre del derby, se resistió a hablar. "No pronuncio palabra hasta después del Rayo", dijo. "Porque no quiero. Porque me vais a preguntar por Toshack y no me da la gana", insistió. Luego, en el hotel, el presidente convocó una conferencia prensa. Pero con condiciones: "No me hagáis ninguna pregunta sobre el entrenador. No voy a responderlas y no quiero ser maleducado". Acudió a la sala junto a su vicepresidente, Juan Onieva, y ambos se esforzaron por aparentar normalidad con chascarrillos, con insistentes bromas que sonaron a disfraz con el que tapar la tensión del momento, la preocupación real del que está a un paso de tomar una decisión trascendente.

Sin alusión posible a Toshack, el personaje sobre el que se concentra la actualidad del equipo, la intervención de Sanz quedó descafeinada. No le prestó demasiada importancia a los gritos que salieron el sábado del Bernabéu reclamando su propia salida de la sociedad - "Los mismos que gritaron estaban aplaudiendo en el primer minuto por el gol de Morientes"-. Tampoco se consideró responsable de lo que le sucede al equipo - "Yo no puedo bajar y marcar un gol"-. Y aseguró que no se arrepiente de ninguna de sus decisiones en la cosntrucción de este proyecto: "No me arrepiento de haber hecho el esfuerzo económico que hicimos por Anelka".

Sanz reconoció la gravedad de la situación, y su preocupación por ella. Pero no apuntó más soluciones que "ganar el sábado". Y regateó el terreno de los nombres propios -"No voy a condenar a ningún jugador, pero si todos hubieran jugado al nivel que se les supone, no estaríamos así"-.

Según lo convenido, nadie le preguntó por Toshack. Pero alguna de sus respuestas sí rozaron al técnico galés. Para defender su continuidad: "Tenemos que tener un poco de paciencia; no quiero recordar lo que pasó el año pasado. Hubo un equipo que estaba herido de gravedad, aguantó, ganó en Valladolid, y luego ganó la Liga". Y para criticarle de soslayo: "No voy a hablar de la mala suerte, de los siete lesionados que no jugaron ante el Atlético. Si tenemos una gran plantilla, la mejor de Europa, no podemos poner esto como excusa" -ése fue precisamente uno de los principales argumentos que empleó Toshack el domingo para explicar la derrota del sábado-.

Más contradicciones, por tanto, para un caso, el del futuro de Toshack, que concentra la actualidad del Madrid. Nadie en el club da un duro por la continuidad del galés. Y Sanz, de momento, calla y reflexiona. Está en fase de meditación, como él mismo reconoció. "Las decisiones hay que tomarlas con tranquilidad. A veces te dan ganas de tomar medidas duras de las que luego te arrepientes. Por eso hay que tener la mente clara antes de dar un paso. Hay que crear un clima de tranquilidad y desde esa tranquilidad ser capaces de tomar la decisión adecuada". En suma, que ya no es aquello de "Toshack acabará la temporada", sino esto otro de "habrá que tomar la decisión adecuada".

En el turno de consultas que ha abierto Lorenzo Sanz tras la derrota ante el Atlético ya se manejan varios nombres. Todo indica que el mejor colocado en estos momentos es el técnico Radomir Antic, que en más de una ocasión se ha ofrecido al Real Madrid. Algunos directivos, sin embargo, apuestan por Jorge Valdano, que hizo campeón de Liga a la plantilla madridista en 1995. Del extranjero sólo se han manejado dos nombres: los de Daniel Passarella, actual seleccionador uruguayo, y Nevio Scala, que está libre.

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