Tribuna:

¿A qué jugamos?

"¡Mira, un Rolex de oro!", cuentan que exclamó, sorprendido, un buscador de setas. Pero semejante provocación fue respondida de inmediato por su compañero experimentado, atento a evitar distracciones. Él fue quien recuperó el pulso de la realidad replicando con aquella célebre advertencia de Josetxu: "Si estamos a setas, estamos a setas". Nada puede alcanzarse sin concentración. En este sentido, aún pueden aportarse otras pruebas más lejos de las leyendas y más cerca de la historia. Por ejemplo, el de aquella jornada cinegética en la que el otrora ministro Fraga acertó a la marquesa de Villave...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"¡Mira, un Rolex de oro!", cuentan que exclamó, sorprendido, un buscador de setas. Pero semejante provocación fue respondida de inmediato por su compañero experimentado, atento a evitar distracciones. Él fue quien recuperó el pulso de la realidad replicando con aquella célebre advertencia de Josetxu: "Si estamos a setas, estamos a setas". Nada puede alcanzarse sin concentración. En este sentido, aún pueden aportarse otras pruebas más lejos de las leyendas y más cerca de la historia. Por ejemplo, el de aquella jornada cinegética en la que el otrora ministro Fraga acertó a la marquesa de Villaverde con una perdigonada en salva sea la parte. Cierto que ofreció después un acto de reparación y desagravio y la hizo madrina de la inauguración de TVE en Canarias, acto que hubo de transcurrir de pie dadas las lesiones aún abiertas de Carmencita. Pero desde entonces resuenan en los oídos del presidente de Galicia las palabras de Franco: "Oiga, Iribarne", llamándole como acostumbraba por el segundo apellido, "cuando se viene de cacería, hay que saber a qué se viene". Pues eso, el problema fundamental de este momento político es que muchos siguen sin saber si están a setas o Rolex ni a qué han venido. Como dijo Julio Cerón cuando la muerte del general franquísimo, el desconcierto fue grande porque no había costumbre.Así que, en medio de este desconcierto, tenemos de aquí al 30 de diciembre, cuando termina el periodo de sesiones del Congreso, más de 60 días de precampaña electoral de incandescencia progresiva. Menos mal que Jota Pedro sí sabe de qué va la fiesta, después de su década prodigiosa ahora en plenas festividades. Como en aquellos anuncios de "alguien más vela por la lana", Jota Pedro ha venteado peligros para nuestra prosperidad y libertad, valores que podrían perecer víctimas de la perfidia de unos competidores suyos a quienes atribuye el propósito "de elevar a la categoría de verdades oficiales sus mentiras clamorosas". Por eso dice confiar en un Anguita que saque fuerzas de flaqueza -el éxito de Cataluña merece culminar con la desaparición parlamentaria tras las generales-, pero en la línea siguiente emplaza y conmina a Aznar para que lidere "una campaña de confrontación en la que el mejor argumentario sea el repaso de los hechos". ¿Se trata, otra vez, de volver las páginas atrás para dar vivas al periodismo de investigación de Perote el pretraidor?

Mientras, cuando van a cumplirse cuatro años de la alianza parlamentaria del PP con CiU y el PNV, amanecemos para comprobar que el uso de esos votos ha ido parejo con el aumento de las sorpresas. El Gobierno ha perdido el contacto con el PNV hasta encontrárselo en Estella y embarcado en proyectos con aquellos a quienes iba a bajar del monte. En ese sentido, la última sesión del Parlamento de Vitoria requeriría un análisis muy detallado, y la afonía de Ibarretxe, todavía más. Hay ocasiones en que, si fallan las cuerdas vocales, hay que pedir la tablilla de cera o el pizarrín para escribir si se está de acuerdo o no con lo que se escucha. ¿Habrá en algún momento un gramo de cordura? ¿Cómo pueden declarar inválido el Estatuto de Gernika quienes gobiernan las instituciones nacidas de él? ¿Han reparado en que si es inservible sólo queda regresar a las Diputaciones Forales? ¿En que nunca hubo más Euskadi que el del vigente Estatuto?

Desde luego, las declaraciones del lehendakari en El Diario Vasco del domingo ofrecen un compendio de circunloquios concertados para evitar cualquier pronunciamiento esclarecedor. Todo son cantos a la lealtad y al consenso mientras se prefiere ofrecer eufemismos y oscuridades y ahorrar desautorizaciones a HB o a las propuestas de los boletines de ETA. Según se avanza en la lectura, se observa cómo sus respuestas acaban contagiando al periodista, Alberto Surio, hasta el punto de componer un texto sólo apto para kremlinólogos, perdón vitoriólogos o sabinólogos y sin conexión con el lector de a pie. Una afonía estruendosa la de Ibarretxe que debe ser tratada con urgencia. Porque, mientras, los colegas con cuyo apoyo y sobreentendidos gobierna se han alzado con la bandera de la abstención para las generales. Y atentos, porque el voto es secreto, pero la participación y la abstención son públicas y quedan registradas en las hojas del censo facilitadas a los miembros de cada mesa y los interventores de los partidos. Votar, pues, será desafiarles.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En