FÚTBOL Octava jornada de Liga

El Zaragoza cierra las fiestas con una traca de goles

A las doce de la noche, como es tradición, una traca pone punto final a las Fiestas del Pilar. Más de un millar de carcasas de fuegos artificiales explosionan sobre el Ebro cerrando una decena de días de fiesta. De la fiesta grande de Zaragoza. La del Pilar. Antes, a eso de las cuatro, otra traca. En este caso la del cielo. Una tromba de agua y de granizo sobre Zaragoza. Y entre traca y traca, otra -menor, desde luego- en La Romareda.El entrenador zaragozista, Txetxu Rojo, dispuso de salida un equipo netamente ofensivo, con Milosevic y Jamelli en la punta y en las bandas dos jugadores de ataqu...

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A las doce de la noche, como es tradición, una traca pone punto final a las Fiestas del Pilar. Más de un millar de carcasas de fuegos artificiales explosionan sobre el Ebro cerrando una decena de días de fiesta. De la fiesta grande de Zaragoza. La del Pilar. Antes, a eso de las cuatro, otra traca. En este caso la del cielo. Una tromba de agua y de granizo sobre Zaragoza. Y entre traca y traca, otra -menor, desde luego- en La Romareda.El entrenador zaragozista, Txetxu Rojo, dispuso de salida un equipo netamente ofensivo, con Milosevic y Jamelli en la punta y en las bandas dos jugadores de ataque, Juanele y Vellisca. El Mallorca, por el contrario, poblaba su defensa y su centro del campo, dejando tan sólo en punta a Diego Tristán, a la espera de los centros bien de Lauren o de Stankovic.

ZARAGOZA 3

MALLORCA 0Zaragoza: Juanmi; Cuartero, Paco, Sundgren, Pablo; Acuña, Aragón (Garitano, m.83), Juanele, Jamelli (J. Ignacio, m.83), Martín Vellisca; y Milosevic (Yordi, m.85). Mallorca: Burgos; Olaizola (Quinteros, m.79), Siviero, Nadal, M. Soler; Carreras, Chichi Soler (L. Franco, m.52), Lauren, Ibagaza (Serrizuela, m.87), Stankovic; y Tristán. Goles: 1-0. M.50. Milosevic, de penalti. 2-0. M.58. Milosevic. 3-0. M.89. Acuña. Arbitro: García Aranda. Expulsó a Burgos (m.50) y a Serrizuela (m.91). Amonestó a Cuartero y José Ignacio. 17.000 espectadores en La Romareda.

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El primer tiempo pareció darle la razón. El Zaragoza, pese a su talante ofensivo, no creó peligro alguno, dada su extremada lentitud en el juego. Y eso que la tormenta había dejado el césped de La Romareda propicio para el juego rápido. Tan sólo las subidas de Cuartero por la banda derecha y algún disparo lejano de Milosevic llevaban la inquietud al portero mallorquín. Muy poco en suma. Tampoco el Mallorca creó gran peligro y las escasas ocasiones que se originaron en el área del Zaragoza fueron más deméritos defensivos -se notaban la ausencia de Aguado y los errores de Paco- que virtudes propias.

El inicio del segundo tiempo, rompió la dinámica aburrida del partido. Fue una acción tan puntual como decisiva. Un balón, sin demasiado peligro, no fue bien atrapado por el meta Burgos, viéndose en la obligación de agarrar al delantero. Penalti y expulsión. Ahí se acabó el partido, al menos para el Mallorca. Y ahí empezó la traca del Zaragoza. La continuaron Milosevic y Acuña. Entremedio, bastante más ocasiones del Zaragoza, propiciadas por el adelantamiento de líneas -ahora sí, pero a buenas horas- de un Mallorca en inferioridad numérica.

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