Toda Italia puja ahora por Freire
Óscar Freire, el ciclista desconocido que ganó el domingo el Mundial en Verona, se ha convertido de golpe y porrazo en el corredor más deseado por los equipos italianos. Su agente, el vizcaíno Gorka Arrinda, ha decidido viajar hoy mismo a Italia para negociar directamente el aluvión de solicitudes. Después, el próximo sábado, se reunirá en Barcelona con Giacomo Landi, el patrón del Vitalicio, el actual equipo de Freire, a quien ha dado el derecho de tanteo. "Óscar pasará a ser uno de los 20 ciclistas mejor pagados del mundo", dice Arrinda. Freire estuvo a punto el sábado de firmar a la baja ...
Óscar Freire, el ciclista desconocido que ganó el domingo el Mundial en Verona, se ha convertido de golpe y porrazo en el corredor más deseado por los equipos italianos. Su agente, el vizcaíno Gorka Arrinda, ha decidido viajar hoy mismo a Italia para negociar directamente el aluvión de solicitudes. Después, el próximo sábado, se reunirá en Barcelona con Giacomo Landi, el patrón del Vitalicio, el actual equipo de Freire, a quien ha dado el derecho de tanteo. "Óscar pasará a ser uno de los 20 ciclistas mejor pagados del mundo", dice Arrinda. Freire estuvo a punto el sábado de firmar a la baja su renovación por sólo un año con el conjunto de Javier Mínguez. Su sueldo las dos últimas temporadas fue de tres millones de pesetas. "No me he planteado correr en Italia, pero no me desagradaría", afirmaba ayer Freire. El Mapei, el Polti, Ferretti y su Fassa Bortolo, por Italia; el Festina francés; el ONCE, desde hace tiempo, y el Banesto, desde ayer, por el lado español, han mostrado ya su interés en contratarle. "Tengo 23 años y quiero un proyecto deportivo, no sólo dinero", aclara. "Sé que en España los equipos se olvidan de las clásicas, pero el extranjero, no sé...Quizás, mejor dentro de dos o tres años".
Arrinda no quiere hablar de dinero, aunque los expertos del sector señalan que su valor actual, el de un campeón del mundo de 23 años, anda entre 50 y 80 millones de pesetas.
La celebración
Ajeno a todas las especulaciones, el teléfono móvil desconectado, Óscar Freire se marchó la noche del domingo, casi de madrugada, a una discoteca veronesa a celebrar el título. Allí, vio cómo su compañero Álvaro González de Galdeano se hacía pasar ante chicas y presentadores de discoteca por el verdadero y único campeón del mundo español.A las tres de la mañana Freire volvió al hotel, pero apenas pudo dormir. "Ya estaba medio cayendo de sueño, cansado de dar vueltas y de recordar, sobre todo, el momento en que crucé la meta con los brazos alzados, cuando, serían las cinco de la mañana o así, llegaron los demás de la selección: me sacaron a rastras de la habitación, por todo el pasillo del hotel. Luego no pude dormir más".