Estudiantes le da una lección de baloncesto al Gran Canaria

Hubo jornada de aprendizaje en el Palacio, donde Estudiantes ejerció de maestro y le enseñó al Gran Canaria las mil y una maneras de poner en práctica un baloncesto de lujo. Durante 20 minutos, los de la isla ejercieron de alumnos aplicados, poniendo la máxima atención en la lección que desarrollaba su rival. Incluso imitándole en contados aspectos, como el acierto exterior. Pero llegó el descanso y, tras él, la demolición total del Gran Canaria. Estudiantes inició la sesión al galope (9-0), mas su rival consiguió frenarle y evitar que el monólogo durara más tiempo (13-10, m.7). Se entró en al...

Hubo jornada de aprendizaje en el Palacio, donde Estudiantes ejerció de maestro y le enseñó al Gran Canaria las mil y una maneras de poner en práctica un baloncesto de lujo. Durante 20 minutos, los de la isla ejercieron de alumnos aplicados, poniendo la máxima atención en la lección que desarrollaba su rival. Incluso imitándole en contados aspectos, como el acierto exterior. Pero llegó el descanso y, tras él, la demolición total del Gran Canaria. Estudiantes inició la sesión al galope (9-0), mas su rival consiguió frenarle y evitar que el monólogo durara más tiempo (13-10, m.7). Se entró en algo así como un concurso de triples, hasta el punto de que en esos primeros 20 minutos se consiguieron 12, siete de Estudiantes y cinco del Gran Canaria. Así se desarrolló una primera mitad frenética que echó el cierre con un inestable 44-37.Pero la hecotombre del Gran canaria fue total, hasta el punto de que en los primeros 12 minutos de la reanudación no consiguió más que tres puntos, un hecho que no admite otro adjetivo que el de ridículo. Vistas así las cosas, Estudiantes decidió hacer sangre. Y Aísa más que ninguno. El alero, que fue víctima esta semana de una acusación de dopaje que resultó falsa, mostró una vergüenza torera que le doctoró como jugador. Así consiguió Estudiantes engordar la diferencia, al tiempo que enseñaba cómo se defiende, cómo se elige la mejor opción de ataque y, en fin, cómo se le hace un roto a un rival que se fue empequeñecido hasta el sonrojo, tras recibir, por si le sirve en el futuro, una soberana lección de baloncesto.