El dinero del juego

Los primeros problemas económicos a los que se enfrentó el Círculo de Bellas Artes aparecen quince años después de su fundación, en 1895. Como no había dinero, hubo que transigir entonces con el juego de azar para obtener fondos. Así, el gran centro cultural pegó un giro hacia la modalidad de casino. Se jugaba a la ruleta o a la canasta. Así entraba muchísimo dinero. Pero la clave del éxito era que entonces el juego estaba prohibido.Durante años, las autoridades hicieron la vista gorda hacia esta actividad. Y mientras, el Círculo podía ingresar grandes sumas gracias a este negocio ilegal. Tant...

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Los primeros problemas económicos a los que se enfrentó el Círculo de Bellas Artes aparecen quince años después de su fundación, en 1895. Como no había dinero, hubo que transigir entonces con el juego de azar para obtener fondos. Así, el gran centro cultural pegó un giro hacia la modalidad de casino. Se jugaba a la ruleta o a la canasta. Así entraba muchísimo dinero. Pero la clave del éxito era que entonces el juego estaba prohibido.Durante años, las autoridades hicieron la vista gorda hacia esta actividad. Y mientras, el Círculo podía ingresar grandes sumas gracias a este negocio ilegal. Tanto dinero ganó, que sus responsables decidieron construir una gran sede en la calle de Alcalá, uno de los edificios más importantes de Europa dedicados a la cultura, pensaron. Pero José Antonio Primo de Rivera tomó el poder en 1923 y su dictadura significó la proscripción definitiva del juego. La consecuencia es que hoy cualquiera puede distinguir en qué fase de construcción se encontraba el edificio cuando se dejó de jugar en el Círculo. Desde la calle se aprecian con nitidez las últimas plantas del inmueble. Hasta ellas no consiguió trepar el proyecto original del arquitecto Antonio Palacios: se había acabado el dinero.

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